Huesos de santo: las peculiaridades de un dulce de tradición española

  • |  Revista Alimentaria
  • |  02-11-2020

Los huesos de santo, junto a los buñuelos de viento, son los dulces que protagonizan el mes de octubre en nuestro país. Los hogares españoles celebran la festividad regional del Día de Todos los Santos acompañando sus desayunos o meriendas con estos productos típicos. Para conocer un poco más sobre este confite, desde ConsumidoRA nos hemos puesto en contacto con Juan Antonio Martín, Presidente de la Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de Pastelería de Madrid (ASEMPAS) y Director de Pastelerías Manacor.

Según cuenta la historia y nos explica Juan Antonio, los huesos de santo fueron creados por un monje. Coincidiendo con el año nuevo celta y aprovechando que era época de almendras, le dio forma de hueso para celebrar el día de los muertos.

Para la elaboración de esta delicatesen se requieren pocos ingredientes, tan solo almendras, huevo y algún almíbar.

Esta simplicidad en sus ingredientes no le hace justicia a su sabor. A pesar del paso del tiempo se sigue manteniendo la receta tradicional sin mayor innovación, nos explica Juan Antonio Martín: "En este producto tan antiguo la innovación no se suele llevar muy bien. En todo caso, rellenos nuevos suaves, en especial algunos donde se utilizan mermeladas de frutas. Los más vendidos siempre son los clásicos, yema, batata, coco, y rellenos de chocolate". Las mayores modernidades que ha aceptado este dulce son los baños en chocolate, que le otorgan un toque crujiente por fuera del mazapán.

 

Elaboración de los huesos de santo

Según nos cuenta el Presidente de la Asociación de Pasteleros de Madrid, "no es un postre fácil de hacer en casa pues debemos disponer de alguna máquina que nos ayude a moler la almendra para hacer el mazapán. Pero si alguien se atreve, necesita 1 kilo de almendra y 1 kilo de azúcar y a moler hasta que esté refinado. Después, con la ayuda de algún tubito, hay que hacer conos para después rellenar. Se debe dejar secar unos tres o cuatro días y después se crea el relleno, 1 litro de yema, 1 kilo de azúcar y todo a cocer hasta que tenga una textura de crema y esté listo para incorporar a la masa".

 

Y para los que prefieren comprarlos, cómo reconocer si son de calidad

Jose Antonio afirma que siempre un producto artesano nos va a ofrecer mayor calidad, pero dentro de estos debemos saber distinguir: "Considero que si buscamos productos artesanos de calidad, siempre debemos tener en cuenta que los productos no estén previamente envasados, mejor a granel y que las piezas no sean todas perfectas".

 

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