_{Pere Ferré}

_{Presidente de SAB-Almendrave}

El sector de la almendra afronta con responsabilidad el notable aumento de la superficie dedicada a este cultivo en España. De hecho, hemos pasado de 527.000 hectáreas en 2014 a 687.000 hectáreas en 2019, lo que supone un crecimiento de un 30% (con especial relevancia en lo que se refiere al cultivo regadío) y nos sitúa como tercer país productor a nivel mundial tras Estados Unidos y Australia. Este incremento en la producción viene a su vez acompañado por un aumento de la demanda en el consumo doméstico de la almendra, que ha pasado de 2,9 kilos per cápita al año en 2015 a 3,2 kilos per cápita en 2019, según los últimos datos de Mercasa. Y todo ello refrendado por las numerosas bondades nutricionales que reportan el consumo de este fruto seco sobre nuestra salud.

Recientemente, durante la celebración del Día Mundial de la Almendra el pasado 16 de febrero, fueron numerosos los medios de comunicación que recordaron que las almendras son una buena fuente de aminoácidos esenciales, tienen un gran aporte de calcio, fósforo y magnesio, además de manganeso, zinc y hierro.

No obstante, no debemos bajar la guardia ante esta inercia positiva. La entrada en producción de las nuevas plantaciones no va a poder ser absorbida por la actual tendencia en el consumo nacional. A ello se suma el hecho de que, durante la última campaña, entre septiembre de 2019 y agosto de 2020, la exportación de almendra ha descendido en torno al 6%, pasando de 100.757 Tm. de almendra grano a 94.453 Tm. con respecto al mismo periodo anterior.

Por ese motivo, debemos dar a conocer más nuestras almendras a través de la promoción de la almendra ibérica a la Unión Europea mediante un programa que esperamos que pronto salga a la luz y que dé un empujón a nuestras exportaciones a países como Alemania, Italia, Francia y Reino Unido. A ello hemos de sumar el trabajo que se está desarrollando para poder abrir nuevos mercados, como es el caso del chino, sobre el cual esperamos poder pronto recibir buenas noticias. Y es que es absurdo que nuestras almendras puedan tener a California como destino, pero no puedan salir para China.

La innovación continúa siendo otro de los ejes sobre los que pivota nuestro sector. Desde SAB-Almendrave continuamos difundiendo los resultados obtenidos a partir del Grupo Operativo “Detección y Erradicación de Almendra Amarga” en el que hemos participado junto a otras entidades y que próximamente serán presentados ante el Ministerio de Agricultura. Gracias a un intenso esfuerzo desarrollado durante los últimos años, se han hecho trabajos a nivel de cultivo, a nivel de entrada en central y a nivel industrial con el objetivo de eliminar estos frutos amargos del mercado.

Otro de los retos pasa por poner en valor nuestro potencial como productores de almendra ecológica en Europa. Nuestras características agronómicas nos permiten destacar frente a otros mercados a través de la producción de una almendra de cáscara blanda apta para este nicho de mercado y es algo por lo que debemos de apostar de manera importante. La investigación también deberá abordar esta vertiente de cara a garantizar el desarrollo de soluciones para esta gama de producto.

En definitiva, desde nuestra posición seguiremos trabajando para consolidar este sector, esencial para la fijación de población en el medio rural y que está comprometido con los objetivos de las estrategias “De la Granja a la mesa” y “Biodiversidad 2030” que deberemos abordar en los próximos años.

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