Javier Garat: "El océano, fuente de alimento sostenible"

Cepesca

6 de diciembre, 2020


Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de Europêche
 

Mirar al futuro es mirar a mares y océanos. A pesar de los miles de vidas humanas que lamentablemente está segando la pandemia COVID-19, se prevé que en 2050 el planeta Tierra albergue cerca de 10.000 millones de almas, es decir, 2.000 millones más de personas.

Por otra parte, y teniendo en cuenta que uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODS) más prioritarios, el ODS 2, persigue acabar con el hambre y la malnutrición, es necesario mirar más allá de tierra firme para intentar vislumbrar cómo podemos hacer el mejor uso de los mares y océanos y sus recursos, cumpliendo al mismo tiempo con otro de los ODS, el ODS 14, que contempla su conservación y utilización sostenible.

Este es el objetivo que ha movido a un grupo de científicos liderado por Christopher Costello, Ling Cao y Stefan Gelcich, autores del artículo “The Future of Food from the sea” publicado en la revista Nature. El exhaustivo trabajo de revisión concluye que en 2050 el océano podría proporcionar de forma sostenible entre 80.000 y 103.000 millones de kilos de alimento, lo que supondría incrementar entre un 36 y un 74% el volumen de 59.000 millones de kilos de productos de origen marino que sirven actualmente de alimento a la humanidad.

Es importante señalar que para determinar estas cifras en el horizonte de 2050 los científicos no han realizado un cálculo simple de la capacidad para aumentar la producción de alimentos, sino que también han tenido en cuenta la realidad económica de las actividades de extracción y cultivo de alimentos marinos. En este sentido, los autores identifican cuatro pasos clave para lograr que el océano sea más generoso. El primero apunta a una de las prioridades de organizaciones internacionales como la FAO y las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP), pero también de los gobiernos y del propio sector pesquero. El segundo contempla reformas políticas para impulsar la maricultura y, en ese mismo ámbito, el tercero llama al desarrollo tecnológico aplicado a mejorar la alimentación bajo el modelo de maricultura. Y el cuarto paso, claramente clave, llama a un cambio necesario en la demanda de los consumidores.

 

Proteína marina y protección de la biodiversidad

Incrementar la producción de alimentos en tierra es complicado debido a la disminución de las ratios de rendimiento y a la escasez generalizada de terreno y agua dulce. De hecho, más de la mitad de toda la tierra cultivable y más del 90% del agua dulce ya se destina a la producción de alimentos.

De todos los nutrientes que requerimos los humanos, la proteína es el macronutriente cuya producción tiene más impacto en tierra. Aumentar la producción de proteína marina, que tiene una huella de carbono menor y un más bajo impacto en la biodiversidad, debe ser por tanto parte de la solución, con la ventaja añadida que tienen los productos marinos en términos de salud ya que, además de proteína, contienen micronutrientes difíciles de obtener a partir de alimentos terrestres.

En este escenario, todos estamos juntos en el mercado y, además de la pesca extractiva, el cultivo de especies en el mar o maricultura es la respuesta al desafío de alimentar a una población creciente respetando al mismo tiempo la biodiversidad.

 

Mejora continua de la gestión pesquera

La pesca extractiva representa actualmente el 83,5% de la proteína marina (49.300 millones de kilos), mientras que el peso de la maricultura de bivalvos y peces es mucho menor, si bien su potencial es enorme. Se prevé que la mayor parte del incremento de la producción de proteína marina corresponderá a la maricultura, si bien la pesca extractiva continuará siendo fundamental.

Hay que recordar, además, como se recoge en el informe Sofia 2020 de la FAO, que el 78,7% del pescado desembarcado en el mundo procede de poblaciones de peces dentro de los niveles de sostenibilidad biológica y el 65,8%de las poblaciones se pescan dentro de los niveles de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) o están subexplotadas, lo que supone una mejora directamente relacionada con la implementación de medidas de gestión pesquera.

También es cierto que las poblaciones sobreexplotadas son un 34% y que esta situación afecta particularmente a pesquerías con una gestión pesquera menos desarrollada y localizadas principalmente en los océanos meridionales. Puesto que la sobrepesca reduce el suministro de alimento a largo plazo, es imperativo eliminarla y hay que continuar mejorando la gestión para garantizar una pesca sostenible, lo que aumentaría el rendimiento en un 16% hasta los 57.400 millones de kilos de alimento.

La ciencia y la gestión pesquera han mejorado de forma notable en las últimas décadas y ello ha sido en buena medida posible gracias a la tecnología, pero es necesaria una expansión mundial. Los científicos autores del artículo constatan que los países con medios financieros y científicos para gestionar la actividad pesquera y garantizar el cumplimiento normativo tienen poblaciones de peces en estado saludable o en vías de recuperación, mientras que los países sin esa capacidad se encuentran en peor situación; de modo que incrementar el rendimiento pesquero requiere que los países en desarrollo inviertan en la mejora de sus capacidades de ordenación y gestión pesquera, y también más cooperación internacional.

Proseguir el camino que nos ha llevado a superar el historial de sobrepesca de muchas pesquerías gracias a la implementación de mejores políticas de gestión pesquera significa contribuir a la reconstrucción de la salud de los océanos y poder disponer de más proteína marina sostenible y saludable.

 

Salud y responsabilidad medioambiental

Es evidente que aumentar el suministro de alimento marino solo tiene sentido si los ciudadanos desean consumirlo. Mientras que en un escenario de demanda normal los alimentos del mar constituirían solo el 12% del incremento de proteína animal necesaria en el planeta -en comparación con el 17% que representa hoy-, un escenario de mayor demanda implicaría un incremento necesario del 25%.

Conocer los beneficios de los productos del mar a nivel nutricional y medioambiental es el primer paso para que los ciudadanos de países desarrollados -que son también los que consumen más cantidad de productos del mar- cambien ciertos hábitos que están provocando un descenso de su consumo en los hogares. Desde el sector pesquero abogamos, por tanto, por elevar el consumo de productos del mar por razones de salud, pero también para luchar contra el impacto climático y proteger la biodiversidad. Pero es necesario también que, en virtud de estas bondades, los gobiernos alienten el consumo de proteína marina.

Por otra parte, las campañas de las organizaciones ecologistas sobre el cambio climático, la sobrepesca, la contaminación de los océanos y la falta de sostenibilidad de la pesca o la maricultura han creado en los consumidores la percepción de que es imposible aumentar el suministro de productos del mar de una forma sostenible. Lo cierto es, sin embargo, que el sector pesquero ha realizado grandes avances desde la década de los 80 del siglo pasado y las ONGs deberían reconocer este progreso y fomentar el desarrollo de la pesca sostenible.

En suma, aumentar la producción de alimentos del mar no solo es posible, sino necesario y podemos hacerlo, además, de forma respetuosa con el medio marino y su biodiversidad.

 

 

Infórmate aquí sobre cómo puedes suscribirte y enterarte de todo.

 

Quizá te interese ver estas noticias relacionadas:



 


Puedes seguirnos


Te Recomendamos


Suscríbete a nuestra revista

Suscripción a 10 números consecutivos de la Revista Alimentaria desde la fecha de la suscripción

portada revista alimentaria Más información

Aviso de Cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del usuario a través de su navegación. Si continúas navegando aceptas su uso.Política de Cookies.



Saber más