El sector hortofrutícola es uno de los más afectados por el acuerdo de libre comercio y cooperación entre la UE y Reino Unido firmado en diciembre. Para conocer en detalle cuál es el impacto sobre estos productos, en Revista Alimentaria hemos entrevistado a Gabriel Trenzado, Director de los Servicios Técnicos de Cooperativas Agro-alimentarias de España. Entre los temas que nos explica destacan los posibles cambios en la competencia con otros países, o la preocupación por el futuro del nuevo reglamento sobre productos ecológicos.


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Revista Alimentaria.- ¿Cómo valoran desde Cooperativas el acuerdo firmado el pasado 24 de diciembre entre la UE y Reino Unido?

Gabriel Trenzado.- Todavía estamos evaluando el impacto porque nos encontramos en los primeros meses de esta nueva situación. Ahora el Reino Unido es un país tercero y debe haber un cambio de mentalidad por parte de todos los operadores, y también de las instituciones. Sabremos cuál va a ser el impacto real en los próximos meses, e incluso años, porque ahora hay un periodo transitorio de seis meses, y entrará en vigor plenamente a partir del 1 de julio.

Desde Cooperativas valoramos el acuerdo como un gran alivio, puesto que no es el escenario ideal pero la alternativa de no haber llegado a un acuerdo habría sido un desastre para ambas partes.
 


R. A.- ¿Cuál es la importancia del mercado de Reino Unido para nuestro sector hortofrutícola?

G. T.- Es el mercado de mayor valor: el 28% de las exportaciones agroalimentarias españolas a Reino Unido son frutas y hortalizas, con un valor en torno a los 1.400 millones de euros anuales.

Descatan algunos productos que tienen picos de exportación muy importantes, como por ejemplo el pepino o el pimiento procedentes de Almería. Son campañas cortas y productos muy perecederos, y por tanto en determinadas semanas del año pueden alcanzar una cuota de mercado del 70%.



R. A.- ¿Existe temor en el sector de que aumenten las barreras fitosanitarias para nuestros productos?

G. T.- El Reino Unido y la UE vienen de una reglamentación común, pero ahora el Reino Unido, como país tercero, puede legislar por su cuenta. Por tanto, temores hay. Se pueden producir problemas de certificación, comprobación, controles, etc., pero esperamos que haya una colaboración reglamentaria.

R. A.- Marruecos tiene previsto poner en marcha una vía marítima directa con el Reino Unido. ¿Cómo nos afectará esto? ¿En España tenemos vías similares?

G. T.- Sí tenemos vías marítimas directas similares, y además estamos más cerca de Reino Unido que Marruecos. El problema que se plantea es qué capacidad vamos a tener para mantener la gran cuota de mercado que tenemos. En comparación con las exportaciones comunitarias, Marruecos es un actor pequeño pero capaz de desestabilizar, y esa va a ser la clave, cómo va a cambiar el mercado británico, porque los papeles van a ser diferentes. El sector marroquí espera crecer en Reino Unido, mientras que el sector europeo, y español en concreto, está en una situación de ver cómo se va a adaptar a las nuevas circunstancias, a nuevos competidores, no solo Marruecos, sino también Egipto, Sudáfrica, etc. Va a ser un mercado mucho más competitivo.

R. A.- ¿Nuestras empresas están buscando alternativas al Reino Unido para exportar sus productos?

G. T.- Las empresas siempre buscan alternativas. Ahora bien, siendo realistas, buscar una alternativa al Reino Unido es casi imposible. Por ejemplo, el Reino Unido es cinco veces el mercado ruso, que hasta el embargo era el país tercero más importante para nuestras frutas y verduras. Ese mercado nunca se ha recuperado, y estamos hablando de 2013.

R. A.- El 1 de abril y 1 de julio entrarán en vigor nuevos requisitos burocráticos, como la notificación previa, etc. ¿Cuáles son las perspectivas?

G. T.- Nuestra principal preocupación es que haya personal suficiente en frontera. Tiene que haber un refuerzo por parte de las instituciones, tanto europeas como británicas, para que los controles supongan la menor merma posible en el flujo comercial. También es necesario realizar un esfuerzo en digitalización, para que las cuestiones burocráticas sean lo menos costosas posible; y avanzar hacia la creación de una ventanilla única (y me consta que se está trabajando en ello), puesto que ahora las exportaciones requieren trámites con tres ministerios diferentes.

R. A.- Desde su punto de vista, ¿cuáles son los principales aspectos que quedan pendientes de negociación?

G. T.- Un aspecto importante es qué va a ocurrir con la agricultura ecológica, ya que en 2022 entrará en vigor el nuevo Reglamento europeo de producción ecológica, que no sabemos si será aceptado y reconocido por las autoridades británicas.

Asimismo, quedan pendientes las nuevas DOP e IGP que puedan irse apareciendo en la UE, así como las cuestiones que vayan apareciendo sobre la estrategia europea en sostenibilidad. Es de esperar que haya un buen entendimiento, porque las empresas y los consumidores británicos son muy exigentes en los temas de sostenibilidad.