En esta nueva entrega, queremos conocer cómo se ha vivido desde el Parlamento Europeo el acuerdo de libre comercio y cooperación entre la UE y Reino Unido firmado en diciembre. Nos lo cuenta Clara Aguilera, Eurodiputada y portavoz socialista de la Comisión de Pesca en la Eurocámara.

A continuación, recogemos un resumen de la entrevista, y la puedes ver completa haciendo clic en el video.




Revista Alimentaria.- ¿Cuáles son los principales cambios que introduce el acuerdo firmado el pasado 24 de diciembre entre la UE y Reino Unido, para el sector agroalimentario?

Clara Aguilera.- Hay que recordar que se trata de un acuerdo provisional y que todavía no está aprobado por el Parlamento, aunque se espera que sea así para los plenos de marzo. No obstante, la valoración es muy positiva porque la alternativa, no alcanzar un acuerdo, habría sido un desastre tanto para los derechos de las personas como para la actividad comercial. Debemos tener claro que ahora Reino Unido es un tercer país y, por tanto, cambia toda la sistemática administrativa y burocrática.

El principal problema que queremos abordar es que las normas legislativas de Reino Unido de aplicación para los productos agroalimentarios tengan los mismos estándares que las normas europeas. Es decir, que si la UE tiene unas exigencias medioambientales altas, Reino Unido las traslade a su legislación nacional. No hay aranceles, y eso es un éxito, pero nos preocupa que, si no lo regulamos bien, puedan producirse barreras fitosanitarias que pueda establecer el Reino Unido respecto a los productos de la UE, barreras que en ocasiones se han producido con terceros países y que más que una motivación sanitaria tienen un uso político, para evitar la entrada de ciertos productos y favorecer a los propios.

Desde el Parlamento, hemos vivido el acuerdo con cierto alivio. Además, me gustaría apuntar que ha influido mucho el cambio en la administración americana. Cuando estuvo claro el resultado, hubo un cambio en la interlocución de los británicos.

R. A.- En cuanto al sector pesquero, ¿el acuerdo resulta beneficioso o no para nuestra flota? ¿Qué reivindicaciones hace usted desde la Comisión de Pesca?

C. A.- La pesca ha sido y es uno de los problemas principales. Las aguas que antes eran de la UE ahora tienen titularidad británica. Los barcos pueden seguir faenando (de los 3.000 buques que faenan en esas aguas, en torno a 90 son españoles) Ahora nos preocupa el reparto de cuotas, porque entendemos que cada vez habrá menos barcos de la UE en aguas británicas. La situación actual no es mala, pero de cara al futuro no es positiva. Coincido con Javier Garat, secretario general de Cepesca, en que genera incertidumbre para el sector depender de Reino Unido en el reparto de cuotas. De hecho, se ha hecho una reserva de crisis para el sector pesquero, previendo que habrá problemas, ahora y en el futuro.

Además, para España hay otro problema: las empresas mixtas, con bandera británica y capital español, principalmente gallego, que no están contempladas en el acuerdo. También han quedado fuera de él las embarcaciones en las Islas Malvinas.

La pesca se ha utilizado mucho por parte del Reino Unido como argumento a favor del Brexit, porque aunque no tiene tanto peso en el PIB como otros sectores, sí lo tiene a nivel social.

R. A.- ¿Cuál es la importancia del mercado de Reino Unido para la UE y para España?

C. A.- Reino Unido es la segunda potencia económica dentro de Europa. Depende mucho de la UE, especialmente para frutas y hortalizas. Y viceversa: para España, es un mercado importantísimo para el sector hortofrutícola, también para el vitivinícola, etc.

R. A.- Desde su punto de vista, ¿cuáles son los principales aspectos que quedan pendientes de negociación?

C. A.- En primer lugar, el modelo de gobernanza del acuerdo, es decir, cómo se va a ir evaluando. En segundo lugar, la controversia en caso de litigio: hay que definir qué organismo será el regulador: ¿el Tribunal de Justicia Europeo, otro? Y, por último, lo que indicaba al principio: si la legislación que tenemos en Europa la va a trasladar Reino Unido a su legislación nacional o bien, como ya no están en la Política Agraria Común (PAC) ni en la Política Pesquera Común (PPC), van a hacer cambios importantes.