^{Joan Tristany, director general de amec (Asociación Española de las Empresas industriales Internacionalizadas)}

Las empresas han cerrado 2020 con caídas menores a las previstas a las que se habían temido en el primer cuatrimestre, tras comprobar los efectos del cierre de la actividad y la paralización de la actividad internacional. Los meses de verano, y gracias a un gran esfuerzo, han podido recuperar una parte del terreno perdido, si bien el cierre de 2020 ha vuelto a ser complicado.

La incertidumbre envuelve este año que ahora empezamos. No conocemos el tiempo que seguirá golpeándonos la pandemia. Las empresas ven con preocupación la subida de precio de las materias primas provenientes del sudeste asiático, y sobre todo las de China, lo que en consecuencia provoca un aumento de los precios de los productos finales. A la vez se muestran muy preocupadas por el funcionamiento de las cadenas de suministro y las nuevas barreras al comercio, que han hecho que se dupliquen los costes logísticos y que están provocando roturas de stock cada vez con más frecuencia.

Entre tantas dificultades, las empresas industriales han reaccionado de forma admirable, acelerando los procesos de digitalización para poder seguir operando y llegar a donde se encuentran sus clientes, han innovado con nuevos productos y han visto cómo la diversificación de nuevos sectores será uno de los factores clave para su crecimiento.

Ciertamente, la anulación de ferias y los problemas de movilidad han sido un obstáculo importante para el desarrollo de las empresas internacionalizadas. amec ha puesto a su disposición nuevas herramientas de promoción internacional, que han sido muy útiles, si bien tener presencia en los mercados clave a través de filiales se ha mostrado esencial para solventar muchos de los problemas. La propia Red Internacional de amec, en algunos casos, ha suplido su presencia allí donde no han llegado las empresas.

Pese a que las empresas han podido mantener contactos a través de reuniones y presentaciones online, lo cierto es que en 2020 se ha evidenciado la importancia vital de las ferias, aglutinadoras de la oferta y la demanda y el espacio donde realmente se toma el pulso a la industria y las nuevas tendencias.

Es por ello que las empresas están esperando con más ganas que nunca a que se retomen las principales citas internacionales para poder seguir funcionando con mayor normalidad.

Pero el año que ahora empezamos se presenta además como un momento clave en el que es preciso no perder la oportunidad de hacer las cosas bien. Nuestra industria es garante de una economía sólida y diversificada que nos ha sacado adelante en los momentos difíciles. La industria se muestra más resiliente en las crisis, y ya funcionó como nuestro motor económico en la de 2008, gracias al mercado exterior, y debería volver a serlo ahora. Pero para poder contar con ella y para que nos permita seguir ofreciendo una base sólida a nuestra economía, debemos cuidarla. Nuestra industria debe ser moderna y avanzada o no será.

Sin embargo, la falta de más contundencia y dotación a la industria ha sido una clara pérdida de competitividad que tiene su origen y su reflejo en un aumento considerable de la brecha en la intensidad innovadora de nuestro país respecto a la media europea, pero lo que es más preocupante, de un aumento extraordinario de la brecha respecto a los líderes industriales europeos con los que nos queremos comparar y con los que competimos.

Por todo ello, hay que apostar de forma decisiva por la industria, y vemos cómo hay que revalorizarla claramente frente a las administraciones públicas para que pueda ejercer su papel de dinamizador de la economía. Desde amec hemos lanzado e impulsamos el movimiento Positive Industry, que en 2021 está sumando grandes apoyos y que ayuda a visualizar el gran papel que desarrolla nuestra industria y comunidad tanto a nivel local como internacional.

Las empresas incluso están mostrando dudas sobre la aplicación de los fondos de recuperación Next GenerationUE. Desde la Unión Europea se ha hablado claro: deben dirigirse hacia el impulso de la industria, a proyectos de I+D y a la sostenibilidad. Vemos así como nos encontramos frente a una gran oportunidad, la de aplicar las Claves para el cambio de modelo productivo que presentamos a las administraciones para ayudar a impulsar la competitividad de nuestra industria.

En amec, convencidos de la potencia de nuestra industria, este 2021 ponemos en marcha la nueva Estrategia Transformadora, Positiva y Sostenible, focalizada en la nueva competitividad del mundo post covid y las grandes oportunidades de la colaboración industrial a nivel internacional. Trabajamos para preparar a nuestra comunidad para los retos de la nueva competitividad con programas de formación en digitalización, innovación e industria 4.0, sostenibilidad y acceso al mejor talento. Todo ello potenciando al máximo la colaboración entre nuestras empresas industriales: juntas, aunando conocimiento y experiencia, han demostrado siempre que llegan mucho más lejos.

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