OPINIÓN

Divina reinvención

Revista Alimentaria

30 de marzo, 2020

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El concepto de innovación pasa muchas veces por tomar un elemento tradicional y darle un nuevo giro que sorprenda. Un excelente ejemplo en el sector alimentario lo tenemos con el proyecto Xacobleas, una idea que se fue gestando a lo largo de cinco años y que finalmente se puso en marcha en 2018.

Su Gerente, Pilar Alonso Montes, nos explica que empezó siendo “curiosidad por un producto que todo el mundo ha probado alguna vez, que gusta, pero que no ofrecía la opción de adquirirlo fuera del ámbito de la Iglesia. A partir de ahí comenzamos desarrollando la idea, cambiando la forma, añadiendo ingredientes nuevos, pero siempre con la misma base: ingredientes naturales, trabajo artesanal.

De esta forma, ofrecen obleas elaboradas con los mínimos ingredientes posibles (harina de trigo y agua) que destacan por ser ligeras, crujientes, con sabor a pan y muy versátiles, por lo que el consumidor puede añadirle ingredientes según sus preferencias: pueden ser la base de canapés dulces y salados, milhojas, helados… Las posibilidades son infinitas. Además, son aptas para dietas veganas. “Esta versión clásica continúa siendo la más demandada”, apunta Pilar Alonso.

Dando un paso más, las otras versiones incorporan ingredientes como café descafeinado, coco, té matcha, cacao y canela y jengibre.

“Además, desde el pasado mes de noviembre están a la venta nuestras variedades de Tejas de chocolate. Sobre la Xacoblea añadimos una cobertura de chocolate belga y un topping que le aporta una textura y gusto característico: toda una caja de bombones”, añade la responsable de la compañía.

Durante la entrevista con Revista Alimentaria, Alonso Montes ha hablado de la calidad lograda de sus productos, la materia prima empleada y el proceso de su selección. Además, ha mencionado los retos propuestos para seguir creciendo y la importancia de la colaboración de todos los eslabones de la cadena y la inversión en i+D+I.

“Nuestros ingredientes son saludables sobre todo porque no le añadimos otros elementos que los disfrazan. Todas nuestras materias primas son seleccionadas y sin adulterar. Si necesitamos que el cacao puro no tenga un gusto desagradable, le añadimos lúcuma, una fruta muy consumida en Perú que es muy dulce y además está considerada un superalimento; así evitamos azúcares añadidos.

Para que el café y el té matcha no amarguen añadimos stevia, en la cantidad justa para que ni la notemos. Si no queremos que las obleas se peguen, en lugar de aceites o mantecas utilizamos materiales antiadherentes y un proceso artesanal que se inventó antes que la lecitina. Si queremos que se conserven crujientes, acortamos su vida útil y fabricamos según demanda. Si queremos colores atractivos utilizamos..."

Artículo completo en Revista Alimentaria 511

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