¿Está suficientemente reconocida la gastronomía española en el mundo?

Aún no ha logrado posicionarse como referencia a nivel mundial, al nivel de otras como la italiana, japonesa o francesa

  • |  Basqvium
  • |  26-04-2022

La gastronomía española está reconocida como una de las más importantes a nivel internacional, por lo que, sin duda, se puede afirmar que es una de las potencias gastronómicas del mundo. Tanto por su ancestral cultura gastronómica, como por su variedad regional con innumerables recetas y platos; que ha hecho, por ejemplo, que la tapa sea ya un emblema universal, y que platos como la paella o la tortilla gocen del beneplácito hasta de los más escépticos. Así como por supuesto la reconocida calidad de muchos de sus alimentos. La tierra y el mar han sido generosos con el país ofreciendo una calidad incuestionable en frutas, verduras, carnes y pescados.


A esto habría que sumarle que en las últimas décadas, impulsada por movimientos como la “Nueva Cocina Vasca” o la revolución gastronómica de El Bulli, la cocina española haya ganado notablemente en reputación internacional, colocando a los restaurantes españoles en los primeros puestos de los ránkings de las listas más reputadas, que cada año rompen barreras acumulando estrellas Michelin. España es en la actualidad el quinto país del mundo con más restaurantes estrellados (224), pero con una población notablemente inferior a la de los países que le preceden.

 

Sin embargo, y aun con todos estos exitosos precedentes, es comúnmente aceptado que la gastronomía española no ha conseguido posicionarse como referencia a nivel mundial, al menos al nivel de otras cocinas como la italiana, japonesa o francesa.

 

Desde Basqvium - Food, Culture & Luxury Experiences coinciden con los expertos gastronómicos en reconocer que la cocina española no logra despuntar fuera de nuestras fronteras como debiera y que en el extranjero podría apuntar mucho más alto, tal como lo hacen las cocinas anteriormente mencionadas, que siempre cuentan con locales de referencia en prácticamente cualquier parte del mundo. A España aún le queda dar ese paso.

 

¿Por qué sucede esto?

 

Dos podrían ser las claves: La necesidad de mejorar la imagen de marca y mejorar la calidad de los restaurantes españoles en el extranjero.

 

En relación a la marca, afirman que actualmente se dan las mejores condiciones para ser una referencia gastronómica mundial: tenemos materia prima y territorio, tenemos profesionales de primer nivel en los fogones y tenemos una identidad potenciada por el espíritu innovador, que ha supuesto que la cocina creativa sea ya una parte de nuestra cultura gastronómica.

 

Es por ello que la comunicación es el ingrediente que se necesita para terminar de redondear el producto. Es necesario dirigirse al mundo y no vivir exclusivamente del consumidor local, ensalzando los valores de nuestra gastronomía, “un territorio con historia” destacando por un lado el trabajo diario de nuestros pescadores, ganaderos o agricultores y por otra parte el de los chefs y restaurantes.

 

En esta línea, campañas como la del “País más rico del mundo” con el chef José Andrés como protagonista, aciertan de pleno en el objetivo de reforzar esa imagen de marca. Apoyados además en otro punto de mucho interés, la utilización de “embajadores” españoles en el mundo, sean o no chefs, que por su popularidad internacional ayuden en la difusión de este tipo de campañas.


Esta calidad debe además asociarse también con unos precios acordes y alejarse del círculo vicioso del “bueno, bonito y barato”, con el que muchos visitantes internacionales asocian a la gastronomía española. La gastronomía debe ser por tanto un “gran altavoz exterior”, pero con la necesidad de aunar esfuerzos por medio de un plan estratégico, como el caso de Perú, cuya cocina ha logrado una gran penetración internacional en los últimos años, gracias a un plan a largo plazo.

En relación a los restaurantes españoles en el mundo, deberíamos considerarlos como nuestras embajadas culinarias. Sin embargo, hasta el momento nunca ha existido un registro o un estándar de calidad para los mismos.

 

Por otra parte, chefs españoles con restaurantes por el mundo se quejan habitualmente de la escasa atención que reciben en su potencial papel de “embajadores”, lamentando también la dificultad de poder importar alimentos y bebidas nacionales en muchas ocasiones.

 

Conscientes de esta situación, desde el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) se creó en 2020 el sello ‘Restaurants from Spain’, distintivo internacional de la calidad gastronómica española. Este sello de calidad nace con el objetivo de distinguir a aquellos establecimientos que fuera de España ofrecen productos nacionales y una auténtica cocina española de calidad, con una imagen única y diferenciada, otorgado bajo los principios de objetividad, trazabilidad y transparencia.

 

En 2020 se otorgaron 26 distinciones en una primera fase experimental que se implementó en cuatro mercados distintos (Reino Unido, Alemania, China y Singapur). En 2021 el programa se extendió a seis nuevos países con algo más de un centenar de certificaciones. En este camino se antoja conveniente apoyarse en el potente sector hotelero nacional, muy internacionalizado y por tanto con gran potencial en el impulso de la gastronomía española.

 

Acabemos por tanto con ese cliché de que “no nos sabemos vender bien” y utilicemos nuestra gastronomía como lo que es: una de nuestras mejores tarjetas de presentación internacional.



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