Budapest, el festín callejero que conquista Europa
De clásicos lángos húngaros a baos coreanos y smash burgers, la capital de Hungría reinterpreta su herencia culinaria
Budapest vibra al ritmo de sus sabores. Entre calles bulliciosas, patios gastronómicos y mercados, la ciudad ha encontrado su lenguaje más auténtico: el street food. Tradición e innovación se fusionan en cada bocado, llevando a los visitantes desde los sabores históricos húngaros hasta las tendencias globales más sorprendentes. La capital se consolida como uno de los destinos foodie más atractivos de Europa Central.
La esencia húngara: tradición que se reinventa
El recorrido empieza, inevitablemente, con un clásico: el lángos. Esta masa frita, crujiente por fuera y esponjosa por dentro, es la reina indiscutible de la comida callejera húngara. En Retró Lángos, el más famoso de Budapest, lo sirven con crema agria, ajo y queso rallado, aunque en Budapest Bites se atreven con una versión moderna coronada con pistacho y crema dulce, una curiosa fusión entre lo tradicional y lo gourmet.
Otro clásico que se ha ganado su lugar entre los favoritos locales es el nokedli, los pequeños ñoquis húngaros acompañados de ensalada encurtida o huevos revueltos. En Nokedlish, los sirven con espinacas cremosas, salsas de temporada o combinaciones vegetarianas que revalorizan este plato humilde y reconfortante.
Y, por supuesto, uno no puede irse sin probar las salchichas húngaras. En Kolbice, las reinventan en su versión del perrito caliente: un cucurucho de hojaldre caliente relleno de mini salchichas jugosas y toppings gourmet. Muy cerca, Bors Gasztrobár se ha convertido en parada obligada para quienes buscan bocadillos creativos. En este local preparan baguettes de 30 centímetros con combinaciones sorprendentes, sopas del día y pastas caseras. Es habitual ver cola, pero vale la pena esperar por uno de los mejores sándwiches de Europa Central.
El dulce también tiene su espacio en las calles de Budapest. El kürtőskalács, o “chimney cake”, es, quizá, el aroma más reconocible de la ciudad: una masa enrollada en espiral—de ahí su nombre—, horneada y rebozada en azúcar con canela. También hay versiones más modernas, como las de Niki Kürtőskalács, rellenas de helado o crema. Para los más nostálgicos, el rétes, la versión húngara del strudel, se disfruta dulce o salado en lugares con historia como Rétesbolt Anno 1926 o Első Pesti Rétesház, la primera casa de strudel de Pest.
Sabores del mundo en el corazón de Budapest
La ruta continúa con una selección de street food internacional en Budapest. En Casa Mexa, los tacos, burritos y quesadillas se preparan con receta original mexicana, servidos por quienes mejor conocen el picante. Y no hace falta irse a Italia para disfrutar de una buena focaccia: en Scusi Focaccia, las porciones son tan generosas que se recomienda compartirlas, con productos DOP como mortadela, trufa o salami con higos.
Del Medio Oriente llega Hari Kebab, con su célebre “(G)Asztro Kebab”, una versión divertida y contundente del döner, servida en un pan de pita con forma de platillo volante. Más al este, Bao Bar sorprende con baos al vapor que compiten con los mejores de Asia: rellenos de panceta, tofu o verduras, son una joya escondida para quienes buscan algo diferente.
Los amantes de los bocados contundentes tienen su paraíso en Krumpello, con sus patatas asadas gigantes de casi kilo y medio. Quien busque una buena hamburguesa, Smashy y Simon’s Burger mantienen viva la fiebre de las smash burgers.
Para los más golosos, Fluffy and Me conquista con sus tortitas soufflé japonesas, ligeras y esponjosas, mientras que Rolly enamora con sus rollos de canela calientes, perfectos para acompañar un café en una tarde de paseo.
Todo este universo culinario encuentra su punto de encuentro en Street Food Karaván, el epicentro del street food en Budapest. Situado en pleno barrio judío, junto al mítico ruin bar Szimpla Kert, Karaván reúne en un mismo espacio muchas de las propuestas más populares de la ciudad. Es el lugar perfecto para picar algo entre amigos, probar distintos sabores y sentir el ritmo joven y vibrante de la capital húngara.
El street food de Budapest es una experiencia cultural que une herencia y creatividad. Ya sea un lángos a orillas del Danubio o un bao en el animado patio de un ruin bar, cada bocado permite recorrer y sentir la ciudad.
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