¿No sabes qué hacer con las ‘sobras’ de la nevera?

Te damos algunos consejos para aprovecharlas y convertirlas en relleno para una tortilla

  • |  Nagual
  • |  27-10-2021

Después de un fin de semana de comidas en casa no sabes qué hacer con los tuppers que hay en tu nevera… Y al final, pasan los días y la comida ya no puede comerse debido a su mal estado.

¿Te suena esta historia? Tenemos la solución para ti: antes de que los alimentos caduquen, conviértelos en relleno para una tortilla de maíz. Desde Nagual, empresa de gastronomía mesoamericana que recientemente ha lanzado al mercado la primera tortilla de maíz ecológica y gluten free, afirman que es muy común comer tortillas con las sobras de la nevera, y, de hecho, lo aconsejan firmemente. “La ventaja de la tortilla es que, además de ser muy versátil, es fácil y sencilla a la hora de cocinarla”, afirma Àngels Secanella, fundadora y CEO de Nagual. “Si, por ejemplo, tienes restos de embutido, algunas verduras y alguna proteína como pollo o hamburguesa, puedes hacer un sofrito con todo y añadirle unas cucharadas de tomate: lo pones en una tortilla de maíz, ¡y ya tienes un taco delicioso!”, añade.


Como la variedad y opciones son infinitas, también puedes optar por el pescado, como por ejemplo el atún o las sardinas; o si eres de no complicarte mucho la vida, puedes poner a tu tortilla un huevo a la plancha, o un huevo poché… ¡o incluso huevos estrellados! Como puedes ver, con poca cosa que le añadas (pico de gallo o guacamole casero, por ejemplo) tendrás un manjar muy saludable y de un sabor delicioso.

Por último, si eres más de dulces, deléitate con un buen postre de tortilla de chocolate. Puede ser chocolate negro fundido, Nutella, o cualquier otro dulce como plátano, crema de cacahuete o crema de manzana, entre otros.


La cocina de aprovechamiento: positiva para el planeta


Aprovechar los alimentos y no tirarlos conlleva consecuencias muy positivas para el planeta y nuestro sistema agricultor. Cuando desperdiciar alimentos se convierte en un hábito, la huella que se deja en el planeta va in crescendo (según la ONU, el año 2019 el mundo desperdició 931 millones de toneladas de alimentos), y practicando la cocina de aprovechamiento se puede frenar el impacto.


Por otro lado, normalmente sentimos cierto reparo en comer alguna verdura o fruta que tenga un aspecto más “maduro”. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) asegura que el hecho de que un alimento sufra alguna modificación no altera ni el sabor ni los nutrientes del mismo, razón de más para practicar la cocina de aprovechamiento.



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