Las primeras sandías de la temporada llegan a los mercados europeos

La sandía es la fruta con mayor contenido en agua y posee un efecto hidratante y saciante sin sumar calorías

  • |  Cute Solar
  • |  05-05-2022

Ya podemos saborear el verano en toda Europa gracias a las primeras sandías de temporada cultivadas en territorio continental que se pueden encontrar en mercados, supermercados, tiendas y establecimientos de restauración. Proceden del sur de España, donde gracias a la protección que ofrecen sus invernaderos solares, los cultivos pueden aprovechar al máximo la luz, permitiéndonos disfrutar de su refrescante sabor a partir de estas fechas primaverales.

 

La producción anual supera las 430 mil toneladas y prácticamente la mitad recorren Europa, especialmente países como Alemania, Francia, Polonia o Países Bajos, mercados donde se valora mucho la sandía procedente de los invernaderos solares.

 

Las sandías españolas suponen un refuerzo para la soberanía alimentaria europea, compitiendo con los grandes países productores de esta fruta: Costa Rica, Turquía, Marruecos y Senegal. Si hay un aprendizaje que debemos extraer de la pandemia y de la actual guerra iniciada por Rusia contra Ucrania es la necesidad de mantener la independencia energética y alimentaria para no depender de las vicisitudes del momento. Los invernaderos solares de Almería y Granada son una buena solución para el conjunto de la UE, por eso están considerados como la mayor huerta de frutas y hortalizas de Europa.

 

¿Por qué elegir una sandía cultivada en Europa frente a otra de países no continentales?

Aparte de que estas sandías son las primeras de la temporada cultivadas en el continente europeo, lo que nos permite empezar a saborear el verano con algo de antelación, los cultivos de invernadero llevan asociadas otra serie de ventajas desconocidas por los consumidores.

Desde la campaña Cute Solar cuentan cuáles son:

1. Sabor: el sabor es donde realmente se la juega cualquier alimento y eso bien lo saben los agricultores de los invernaderos solares quienes se encargan de asegurar que el producto alcance el adecuado nivel de maduración y no se corte antes de tiempo. Para ello, los frutos se recolectan cuando presentan alrededor de 12 grados brix -medida de la cantidad de azúcar-, que aseguran un sabor y dulzor óptimo y acorde a los gustos de los consumidores. Ese dulzor, la fina corteza y la ausencia de semillas en buena parte de las variedades, son las principales características que definen las sandías de estas zonas productoras.

 

2. Calidad: las sandías cultivadas en los invernaderos del sudeste español son sinónimo de calidad, trazabilidad y seguridad alimentaria. Los altos estándares de calidad y seguridad exigidos por los clientes europeos han motivado que los productores de los invernaderos solares de Almería y Granada cumplan con una exigente normativa que garantiza la calidad de los alimentos, la trazabilidad a lo largo de toda la cadena y la seguridad alimentaria en cada una de las fases del producto, desde su cultivo hasta su distribución.

 

3. Producción natural: en los invernaderos se respeta el ritmo de crecimiento de cada una de las plantas, ni se acelera, ni se modifica con luz o sistemas de calefacción artificial. Nada más lejos de la realidad. Si algo le sobra a la costa de Almería y Granada es sol. De su protección frente a las inclemencias meteorológicas (heladas, fuertes vientos, granizo…) se encargan las cubiertas plásticas reciclables que dejan pasar la luz necesaria para que las plantas mantengan las condiciones adecuadas para su crecimiento.

 

4. Control biológico: los agricultores almerienses y granadinos son líderes en la aplicación del control biológico (utilización de insectos buenos para acabar con las plagas), lo que hace que sus cultivos sean más sostenibles, seguros y estén libres de residuos químicos.

 

5. Sostenibilidad: consumir productos europeos no solo nos garantiza una independencia alimentaria frente a los vaivenes que puedan sufrir otros territorios, sino que también minimiza el impacto de la contaminación por el trasporte de esos productos. Además, en el caso de los invernaderos solares se asegura un uso racional del agua y se recicla el 95% de los plásticos empleados y de otros residuos.



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