Las pipas de girasol, un superalimento durante el embarazo

Lo ideal es comerlas crudas, o tostadas pero sin sal, aceites u otros aditivos que generalmente no son saludables

  • |  Pipas Usa
  • |  21-11-2023

Para una futura mamá, el embarazo es, sin duda, uno de los momentos más especiales de su vida, pues es cuando comienza la relación con su futuro bebé. Estos nueves meses de espera también pueden ser, en algunos casos, un período de preocupación para la madre, especialmente si es primeriza o está teniendo complicaciones en su embarazo. Cuidar su salud y la del bebé es primordial para el bienestar de ambos. Por ello, los médicos recomiendan un buen descanso, actividad física y, especialmente, comer bien, incorporando a su dieta alimentos que aporten los nutrientes necesarios para que se mantengan fuertes y sanos. Aquí es donde entran en juego las pipas de girasol, que no solo son un snack sabroso y saciante, sino con un valor nutricional muy completo.

 

Son ricas en ácido fólico

De manera indiscutible, el principal motivo para incluir pipas de girasol en la dieta de una embarazada es su alto contenido en ácido fólico. Las mujeres en el embarazo necesitan un aporte extra de folatos y el ácido fólico o vitamina B9 ayuda al cuerpo a descomponer, utilizar y crear nuevas proteínas y, en este caso, al buen desarrollo del feto. Por lo tanto, si se consumen de manera habitual y sin sal, son perfectas para mantener unos niveles adecuados de folatos en el organismo. Pero además, el ácido fólico tiene otros múltiples beneficios para el embarazo como:

Reduce las posibilidades de que se produzca un parto prematuro o de que el bebé nazca con bajo peso.

Disminuye el riesgo de malformaciones en el feto, de que el bebé sufra espina bífida o incluso nazca con el labio leporino.

Ayuda a prevenir deformaciones en la placenta.

Contribuye a reducir las posibilidades de que la madre sufra depresión postparto.

Reduce el riesgo de preeclampsia (presión arterial alta y signos de daño hepático o renal después de la semana 20 de embarazo).

Ayuda a la futura mamá a conciliar fácilmente el sueño y, por ende, a descansar más y mejor.

Un extra de nutrientes

Es bien sabido que las pipas de girasol son una fuente de vitamina E. Esta favorece la elasticidad en las venas y arterias, y contiene ácidos grasos poliinsaturados como el omega 3. Por lo tanto, ayuda a mantener el corazón sano de la mujer gestante, pero también el del bebé.

Por su parte, las vitaminas del grupo B como la niacina ayudan, entre otras cosas, a mejorar el estado de la piel y el pelo, que se suele ver bastante afectado durante el embarazo, gracias a que son complejo revitalizador y antienvejecimiento.

Además, las pipas de girasol son un superalimento rico en minerales necesarios para un buen embarazo como el hierro, zinc, potasio o selenio, proteínas, fibra y triptófano, un aminoácido necesario para la producción de serotonina, la “hormona del bienestar”, que favorece al bienestar de la futura mamá durante estos meses tan especiales.

Pero a pesar de todos sus beneficios, el consumo de pipas de girasol ha de ser moderado también durante el embarazo. Los expertos recomiendan consumir aproximadamente una porción de 30 gramos (3 cucharadas) al día. Así, obtendremos alrededor de 200 calorías (lo recomendado para un snack), 6 gramos de proteína, 16 gramos de grasas y 4 gramos de fibra. La mejor forma de consumirlas es en su estado natural -crudas- o bien tostadas sin añadir sal, aceites u otros aditivos que con frecuencia no son saludables.



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