Colon irritable y comidas en el chiringuito: ¿son compatibles?
El Síndrome del Intestino Irritable (SII) puede agravarse cuando no se siguen las pautas alimentarias habituales
Para muchas personas, las vacaciones de verano son sinónimo de relajación y disfrute y, aunque este tiempo de descanso y ocio debe ayudar a desconectar del estrés y la rutina, olvidarse de los buenos hábitos puede generar problemas de salud, especialmente, a aquellos que padecen dolencias crónicas.
Durante la época estival se tiende a flexibilizar horarios y a realizar comidas más abundantes, aumentando el consumo de grasas, fritos o azúcares que, aunque no son beneficiosos para nadie, todavía lo son menos para las personas que sufren problemas digestivos.
Los síntomas de dolencias como el Síndrome del Intestino Irritable (SII), comúnmente conocido como colon irritable, pueden agravarse cuando se saltan las pautas alimentarias habituales. Esta patología se caracteriza por un cuadro crónico de dolor y distensión abdominal que suele estar acompañado de periodos alternos o combinados de diarrea y/o estreñimiento, síntomas que aparecen tras la ingesta de algún alimento y que normalmente se alivian tras la defecación.
El colon irritable, que afecta en mayor medida a mujeres, no tiene una causa exacta (estrés, cambio en la microbiota intestinal, intolerancias, etc) y, por lo tanto, tampoco existe un tratamiento concreto, pero sí se observan mejorías cuando los pacientes siguen unas pautas alimenticias equilibradas.
Por ello, los expertos recomiendan seguir vigilando la salud intestinal incluso en verano. No es necesario renunciar al disfrute, a una comida familiar o con amigos en el chiringuito o en cualquier otro sitio de vacaciones, pero hay que escoger buenos alimentos que garanticen una alimentación equilibrada y mantenerse activo para asegurar un buen funcionamiento intestinal.
En este sentido, aunque no existe una solución única, ya que cada organismo es diferente, sí hay cierto consenso en aquellos alimentos que empeoran o mejoran los síntomas. Entre los que conviene evitar se encuentran los lácteos, sobre todo de vaca, el gluten, los alimentos muy grasos, picantes, el alcohol, la cafeína, las bebidas con gas, los alimentos crudos y verduras crucíferas como la coliflor, el brócoli o las coles de Bruselas. Por su parte, las carnes magras, los huevos, el pescado o ciertas verduras como el calabacín han demostrado una mayor eficacia a la hora de controlar el colon irritable.
“Es difícil realizar una lista de alimentos prohibidos y permitidos porque no es una ciencia exacta. Por ejemplo, los alimentos con fibra soluble parecen ser mejores que los que contienen fibra insoluble, pero para la mayoría de pacientes, es una cuestión de prueba y error, por ello es importante contar con el seguimiento de un profesional que vaya adaptando la dieta a cada caso particular”, señala Sara Rueda nutricionista de BluaU de Sanitas.
Cuando sea necesario comer fuera de casa y las opciones no sean demasiado amplias, como puede ocurrir en un chiringuito de playa, los nutricionistas recomiendan optar por la simplicidad y apostar por carnes o pescados cocinados a la plancha, evitando, a ser posible, los fritos.
Además, tan importante es qué comer como cómo comerlo. “Comer en cantidad moderada y despacio, masticando unas 10 o 15 veces cada bocado contribuirá a no tragar tanto aire y a tener una mejor digestión, reduciendo el riesgo de experimentar los síntomas del colon irritable”, matiza Sara Rueda.
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