Una nueva tecnología de spray drying para valorizar los subproductos
EKONEK
5 de enero, 2019
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Mikel Garay
Gerente de EKONEK
Los subproductos de la industria alimentaria suponen un porcentaje muy elevado de lo que se denomina “desperdicio alimentario”, uno de los más preocupantes desaprovechamientos que se producen en nuestra sociedad. Los subproductos del sector alimentario son sustancias y productos con un gran valor nutricional pero que, por cuestión del proceso de fabricación o por razones comerciales, no son destinados al uso alimentario.
Son especialmente interesantes los subproductos con un contenido alto en proteína, cuya utilización en el propio sector alimentario sería de gran interés. Y si no fuera posible la utilización directa en la producción alimentaria, al menos su aprovechamiento como ingredientes de alto valor en la formulación de piensos especiales. En todos los casos, se requiere un tratamiento de estos subproductos para acondicionarlos a su uso posterior y que recuperen el formato comercial. Lo principal de estos tratamientos es la eliminación del agua que contienen, para permitir la conservación y facilitar el transporte y distribución del producto final. El resultado debe ser un ingrediente en polvo 100% natural, listo para su consumo final o para ser incorporado en otros procesos de elaboración.
El secado de proteínas que comercializa EKONEK está basado en el diseño de unos dispositivos de atomización que utilizan la tecnología “Pulse Combustion Spray Drying”. Estos equipos pueden atomizar líquidos muy concentrados y viscosos, a la vez que consiguen una producción de polvo casi instantánea, sin dañar con largos calentamientos las proteínas procesadas. El proceso cuenta con una ventaja añadida: mientras que las proteínas mantienen intactas sus propiedades iniciales, la microbiología presente en el producto fresco se ve drásticamente reducida una vez convertido en polvo deshidratado.
Un quemador pulsante se diferencia de un quemador convencional en que la entrada de aire se abre y se cierra más de cien veces por segundo. Esto produce que la combustión se encienda y se apague de forma controlada otras tantas veces. El encendido es tan rápido que genera una onda de presión o pulso cada vez que sucede. Así, además del calor se generan más de cien ondas de choque o pulsos, que rompen en microgotas el producto que se quiere secar, para que...
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Publicado en el Especial Medio Ambiente de Revista Alimentaria 496
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