Mejorar la competitividad del tomate en el mercado global, así como revalorizar sus variedades tradicionales es el objetivo de TRADITOM, un proyecto de investigación europeo liderado desde el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, centro mixto de la Universitat Politècnica de València y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). 

El tomate es una fuente de nutrientes, vitaminas y antioxidantes en la dieta de muchas personas y la segunda planta más consumida en la Unión Europea. Aunque es una planta que los conquistadores trajeron del continente americano hace varios siglos, existen grandes variedades desarrolladas por los agricultores europeos. 

El objetivo del proyecto TRADITOM es conseguir que las variedades tradicionales de tomate aumenten su resistencia, para que no se vean totalmente remplazadas por las técnicas de producción de cultiivos modernas. Además buscacrear una base de conocimiento en torno a las variedades tradicionales de tomate que explique, por ejemplo, por qué según los consumidores son mejores estos cultivos que los modernos. Financiado con 4,3 millones de euros, TRADITOM comenzó el pasado marzo y se extenderá durante los próximos tres años. En total, el proyecto aglutina a un equipo de científicos de 16 instituciones de ocho países distintos, coordinados por el profesor de investigación del CSIC, Antonio Granell.

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