Presencia en la leche de conservantes y compuestos relacionados con la industria del plástico

Revista Alimentaria

1 de marzo, 2021


Laura Herrero, Jesús E. Quintanilla-López, Mario A. Fernández, Belén Gómara, Instituto de Química Orgánica General (IQOG) e Instituto de Química-Física Rocasolano (IQFR) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

La leche es un alimento básico y esencial para el ser humano y se encuentra entre los más consumidos en todo el mundo. En España, su consumo se estima en 73 kg/persona/año, y se comercializa en varios tipos de envases (botellas, briks o latas metálicas, entre otros) empleando diferentes tipos de materiales (plástico, cartón o aluminio) de acuerdo con la versatilidad de las presentaciones en las que se distribuye la leche.

En los últimos años se ha comprobado que existe un incremento en el consumo de alimentos envasados. Esto, unido a la preocupación creciente por la presencia de compuestos tóxicos que puedan migrar desde los envases hasta los alimentos que contienen, ha dado pie a que ciertos países hayan regulado su fabricación, incluida la composición de los materiales empleados. Así, en la Unión Europea, desde 2011 se regula la presencia de los ftalatos y el bisfenol A (BPA), compuestos relacionados con la industria del plástico, en materiales y objetos plásticos destinados a entrar en contacto con los alimentos. De igual manera, para asegurar la estabilidad de muchos alimentos se suelen emplear conservantes, tales como los parabenos, algunos de los cuales están permitidos en nuestra legislación.

A la vista de lo anterior, surgen numerosas preguntas: ¿las leches comerciales de nuestro país presentan un contenido significativo de ftalatos, parabenos y BPA?, y en caso de ser así, ¿se encuentran en todas ellas?, ¿en concentraciones similares?, ¿influye el tipo de material del envase? y ¿su presencia supone algún riesgo para la salud?

Para responder a estas cuestiones, se analizó el contenido de ftalatos, parabenos y BPA en 42 muestras de leche fresca y en polvo de vaca, pertenecientes a 11 marcas diferentes adquiridas en mercados y supermercados españoles, y comercializadas en 5 tipos de envases habituales para este producto: cartón (brik), polietileno de alta densidad (HDPE) y tereftalato de polietileno (PET) para las leches líquidas, así como bolsas de aluminio y latas metálicas para la leche en polvo.

Los resultados de este estudio mostraron la presencia de los tres grupos de compuestos en más del...

 

 

Artículo completo en Revista Alimentaria 521

 

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