^{Lola Merino Chacón, Presidenta Nacional de AMFAR (Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural)}

En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas eligió el 12 de agosto como Día Internacional de la Juventud, con el objetivo de animar a la participación de los jóvenes en todos los procesos de cambio y en los desafíos sociales y económicos a los que nos enfrentamos.

Contar con los jóvenes es esencial para garantizar el futuro del mundo rural en general, y para la supervivencia del sector agrario, en particular. Un sector muy envejecido, que pide a gritos la incorporación de jóvenes a esta actividad económica que asegure el mantenimiento de las explotaciones agrarias, así como fijar la población en los diferentes territorios rurales españoles.

Las mujeres y los hombres del campo han demostrado el valor del trabajo y de producción en estos tiempos de pandemia, ya que han sido fundamentales para el abastecimiento de alimentos a toda la población, además de dar un extraordinario ejemplo de solidaridad colaborando en las tareas de desinfección de las calles de muchos de nuestros municipios de manera desinteresada.

 

La despoblación es un problema acuciante que avanza a velocidad de vértigo, hasta el punto que se prevé la desaparición de 1.840 municipios en los próximos años por falta de habitantes. Por ello es más necesario que nunca que los jóvenes y las mujeres ocupen el centro de las políticas de desarrollo rural, que se ponga el acento en dar respuestas a las demandas de los jóvenes que viven en las zonas rurales.

Los jóvenes y las mujeres reclaman mejores servicios públicos, mejores infraestructuras, mejores carreteras, mejor conectividad en banda ancha y fibra óptica. Ahora más que nunca reivindican una PAC fuerte, sin recortes en las ayudas directas ni en los programas de desarrollo rural. La juventud y las mujeres son sinónimo de emprendimiento rural, de generación de empleo y fijación de población.

Desde AMFAR, Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural, ayudamos a las mujeres y a los jóvenes del ámbito rural en todo el proceso de formación y asesoramiento para el emprendimiento para todos los que quieren abrir un negocio o para los ya lo tienen. Por eso, quiero destacar la elevada participación de mujeres jóvenes en las recientes acciones formativas que hemos impartido con el sistema e-learning, en las que el 46% del total de las alumnas tenía una media de edad de menos de 40 años.

 

Como presidenta de AMFAR, quiero aprovechar este espacio y la conmemoración del Día Internacional de la Juventud, para reivindicar las necesidades de los seis millones de mujeres rurales españolas, especialmente de las más jóvenes, que quieren seguir viviendo y trabajando en el pueblo que las vio nacer, pero que necesitan del verdadero compromiso político para vivir y emprender con dignidad y con igualdad de oportunidades en las zonas rurales.

Termino animando a la participación de los jóvenes y de las mujeres en cualquier esfera social y económica. Las mujeres y los jóvenes deben formar parte de la toma de decisiones, deben ponerse al frente de las explotaciones agrarias, deben liderar el emprendimiento y sobre todo, debemos defender la dignidad y el orgullo de ser mujeres y rurales.

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