La Comisión Europea registra la iniciativa "End the Cage Age"

Irene Quintela/Bruselas

18 de septiembre, 2018

Nacida como una iniciativa ciudadana, los objetivos de la propuesta son poner fin al "trato inhumano de los animales enjaulados en las granjas"


Los promotores de la iniciativa "End the Cage Age" han pedido a la Comisión que legisle para prohibir el uso de jaulas para gallinas ponedoras, conejos, pollitas, reproductoras de pollos de engorde, reproductoras de gallinas ponedoras, codornices, patos y gansos; también pretenden que se prohíban las parideras para cerdas, las celdas individuales para cercas y los contenedores individuales para terneros, donde no estén prohibidos todavía.

El registro de la iniciativa ha tenido lugar el 11 de septiembre, iniciándose así un año de recogida de firmas de apoyo por parte de los organizadores. En caso de recibir un millón de declaraciones de apoyo en el plazo de doce meses, procedentes al menos de siete Estados diferentes, la Comisión deberá posicionarse en un plazo de tres meses. Decidirá entonces si dar curso o no a la solicitud, pero en ambos casos tendrá que justificar su decisión.

Esta iniciativa para poner fin al enclaustramiento de animales surge de Compassion in World Farming, un movimiento global con sede en el Reino Unido que promueve la sostenibilidad en la cría de animales y en la comida. Desde su origen, este organismo ha hecho campaña para garantizar el bienestar de los animales en la granja, y durante estos años, la UE ha prohibido los contendedores de terneras, las jaulas de batería estériles para gallinas ponedoras y, parcialmente, la estabulación; asimismo, ha reconocido a los animales como “seres sensibles”.

El siguiente objetivo de Compassion in World Farming es que se ponga fin a las jaulas, unas celdas que, aseguran, “frustran muchos de los instintos naturales de los animales y son un reflejo desolador de nuestra sociedad”.

En Europa, unos 700 millones de animales de granja son encerrados en jaulas cada año. Es el caso de casi el 100% de los conejos, del 90% de los patos y las cerdas y del 58% de las gallinas, según datos de Faostat, la base de datos estadísticos de la FAO.

En España, el 88% de las gallinas

41 millones de gallinas en nuestro país nunca salen de sus jaulas, el 88% de los casi 47 millones que hay censadas, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Son criadas en el sistema de jaulas, que el consumidor puede diferenciar en el mercado por un código numérico: 0 para producción ecológica, 1 campera, 2 en el suelo y 3 en jaula.

A pesar de que las asociaciones ecologistas denuncian que este sistema produce un gran sufrimiento a los animales y apuestan por abolirlo, desde la Asociación Española de Productores de Huevos (ASEPRHU) recalcan que estos sistemas están avalados por la normativa europea. Una normativa que la iniciativa ciudadana “End the Cage Age” quiere modificar.

La directiva europea de 1999 obligó a que todas las granjas de gallinas cambiasen sus jaulas a partir de 2012 por las llamadas “acondicionadas”, que deben disponer de un espacio de 750 centímetros cuadrados de superficie por gallina, y añaden complementos, como un palito al que subirse o un nido donde poner huevos.

Los conejos, un caso especial

En 2017, el Parlamento Europeo aprobó una enmienda que exigía una legislación específica para los conejos, estableciendo una eliminación gradual de las jaulas, donde viven 320 millones en todo el continente. A pesar de ser los segundos animales más explotados de Europa, no existía aún una normativa específica sobre los conejos criados para consumo, lo que supone que muchos de ellos subsistan en condiciones paupérrimas y de extremo sufrimiento. Además de eliminar las jaulas, la enmienda pretendía también asegurar una mayor protección y garantizar mayor calidad de vida para estos animales.

Antecedentes

Las iniciativas ciudadanas fueron introducidas por el Tratado de Lisboa, y se pusieron en marcha como una herramienta en manos de los ciudadanos para fijar el programa político.

Una vez que ha sido registrada oficialmente, la iniciativa ciudadana permite a un millón de ciudadanos pedir a la Comisión Europea que presente propuestas legislativas en ámbitos en los que tenga competencias. En este sentido, los requisitos para que la iniciativa ciudadana sea admitida son que esta no esté fuera de la competencia de la Comisión para presentar una propuesta legislativa; que no sea abusiva, frívola o vejatoria, y que no sea contraria a los valores de la Unión.

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