^{José Luis Yzuel
Presidente de HOSTELERÍA DE ESPAÑA}


No resulta novedoso saber que España será uno de los países europeos más afectados por la crisis económica derivada de la COVID-19. Si tenemos en cuenta que los sectores que aportan el 12,3% y el 6,2% al PIB del país -el turismo y la hostelería respectivamente- han sido de los más afectados por el parón de la actividad económica, no es difícil comprender que su recuperación va a ser de las más difíciles, con previsiones de cierres definitivos y despidos sin precedentes.

Precisamente España es el país con mayor peso del sector turístico en su PIB, dando empleo a 2,7 millones de personas (el 13,5% del empleo total de la economía), cuyo 63% corresponde a empleados del sector de la hostelería.

Otras potencias turísticas europeas se han puesto manos a la obra y están trabajando muy activamente para recuperar sus sectores turísticos, conscientes de su peso en la economía (el sector turístico en España, Portugal, Francia, Grecia, Hungría, Austria e Italia representa una media de más del 7% del PIB).

El resto de países se han volcado con medidas de reactivación económica, alivio fiscal y de empleo. De hecho, cinco de ellos ya han aprobado su ‘Plan Marshall’, los cuales suman en conjunto casi 100.000 millones de euros.

Sin ir más lejos, Italia y Grecia tienen planes para el turismo de 55.000 millones y 24.000 millones respectivamente, que incluyen medidas de reactivación económica como subvenciones a fondo perdido para empresas del sector, bonos turísticos y exenciones en cotizaciones a la seguridad social y fiscales.

Pero, además, los países están abogando por la flexibilización de la normativa aplicable a la hostelería en su reapertura, siempre respetando la normativa sanitaria. Así, otros países consideran suficiente una distancia social entre 1 y 1,5 metros y en la hostelería han adoptado como criterio de seguridad la distancia social, a diferencia de en España, donde, además de aplicar la distancia social de 2 metros, se aplica, además, el criterio de aforo.

¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué España no se suma a estas tendencias? ¿Es que los organismos implicados no le prestan al sector turístico y hostelero la atención que necesita en consonancia a su peso en el país? Es fundamental, para la elaboración de estos planes, analizar lo que están haciendo países con modelos sociales, políticos y pautas de consumo similares a la de España.

 

Es necesario, por tanto, aprobar un plan económico de recuperación del sector turístico que incluya reducciones del IVA al 4% en hostelería, así como una reducción de los tipos de los impuestos especiales a los productos que se consumen en la misma. Necesitamos también promover bonos de consumo en establecimientos de hostelería con ventajas fiscales y la deducibilidad del ticket restaurante, así como incluir líneas de financiación específicas para empresas de restauración y similares.

En cuanto a las medidas de empleo, es absolutamente imprescindible la exoneración de las cotizaciones a la seguridad social de los empleados y la extensión de los ERTEs, para que no se lleguen a cumplir las estimaciones. Y es que, según datos de un informe de EY y Bain, en el sector de la hostelería se prevé una disminución del empleo de hasta 360.000 trabajadores en este ejercicio 2020.

Por otro lado, no tiene sentido continuar con el doble control actualmente aplicable en la hostelería, pues actualmente los establecimientos deben cumplir con el límite de aforo además del de distancia. Ningún país tiene ese doble control porque aplicar uno de los dos ya cumple las recomendaciones preventivas de sanidad.

Ante este desalentador panorama, necesitamos que las administraciones otorguen al turismo y la hostelería la atención que necesitan y les devuelvan lo que llevan aportando a nuestra economía, sociedad y cultura desde hace décadas.

 

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