Cuando se acercan las temperaturas elevadas, las bebidas se convierten en protagonistas. Existe un elemento en el que no solemos reparar, pero cuya calidad resulta clave para que la experiencia de tomarnos una copa sea un éxito: no es otro que el hielo en todas sus formas.

Hace más de 30 años, Miguel Ángel Vázquez, un emprendedor del Campo de Gibraltar, se dio cuenta de la importancia de este producto, que comenzaba a venderse en las estaciones de servicio, pero fabricado de modo muy casero y artesanal, y decidió industrializar el proceso usando maquinaria norteamericana. De esta forma, puso en marcha la empresa Procubitos, cuyo crecimiento ha sido continuado hasta culminar en la fusión con Cubers Premium y la adquisición de compañías en Alemania e Italia, convirtiéndose en el mayor fabricante europeo. Con cuatro plantas de fabricación en España, una en Italia y otra en Alemania, su capacidad de producción conjunta supera las 1.000 toneladas de hielo diarias.

Una historia de éxito que se ha apoyado en cinco pilares estratégicos: seguridad alimentaria, calidad, eficiencia, sostenibilidad medioambiental e innovación.

Por lo que se refiere a la innovación, se materializa en la capacidad de adaptación de Procubitos Europe, como nos explica Miguel Ángel Vázquez: “No todas las bebidas y ocasiones de consumo son iguales, y por tanto, el hielo no puede ser igual para...

Artículo completo en Revista Alimentaria 515

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