La Comisión Europea ha publicado una evaluación de la aplicación del Reglamento sobre la anguila doce años después de su entrada en vigor.

La anguila europea es una especie fascinante. Nace en el mar y luego migra a aguas continentales para comer y crecer. A lo largo de su vida, pasa por etapas muy diferentes marcadas por sus cambios de color.

La población de anguila europea ha estado en estado crítico durante más de una década. Por eso, en 2007, la UE adoptó la “regulación de la anguila”, que proporcionó un marco para su recuperación a largo plazo. En un esfuerzo por proteger el stock y garantizar su uso sostenible, los países comunitarios establecieron planes de gestión de la anguila para las cuencas de los ríos que contasen con hábitats importantes. Estos planes proporcionaron varias medidas para asegurarse de que al menos el 40% de las anguilas adultas escapan hacia el mar; limitar la pesca profesional y recreativa; facilitar la migración de los peces a través de los ríos, y reabastecer las aguas continentales adecuadas con anguilas jóvenes.

Ahora, la Comisión Europea ha llevado a cabo una evaluación de la puesta en marcha de esta regulación y ha concluido que la regulación de la anguila sigue siendo un instrumento importante para ayudar a la recuperación de la población de anguila europea, y que asegura la gestión de la anguila en todas sus etapas de vida y aborda tanto el impacto humano relacionado con la pesca como el no relacionado con esta. No obstante, a pesar del progreso de los esfuerzos de pesca y un intento concertado para desarrollar un marco de gestión paneuropeo, el estado de la anguila europea sigue siendo crítico.

El escape de la anguila plateada hacia el mar todavía está muy por debajo del objetivo del 40% de biomasa que habría existido si ninguna influencia humana hubiera afectado a las reservas. Aunque la reposición de existencias funciona en algunos Estados miembros, no todos han alcanzado sus objetivos de reposición.

Los informes anuales de los Estados miembros sobre los precios de las anguilas de vidrio están incompletos. Muchos países financian el almacenamiento de anguilas de vidrio a través del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca.

Por otra parte, la mortalidad no relacionada con la pesca no ha disminuido significativamente en la última década. Esto ha recibido un enfoque insuficiente en los planes de gestión de la anguila y acciones relacionadas.

Aunque la regulación de la anguila ofrece el marco necesario para ayudar a restaurar las poblaciones, su recuperación está todavía lejos de ser segura. Es ampliamente reconocido que la recuperación de la anguila europea llevará muchas décadas, dada la larga vida útil de la especie.

La UE se une a nueve países para gestionar la alta mar del Océano Ártico Central

Por otro lado, a mediados de febrero, la UE celebró en Italia una reunión de tres días con científicos de los diez países que han firmado el acuerdo para prevenir la pesca no regulada en alta mar en el Océano Ártico Central. El acuerdo prohibirá las pesquerías no reguladas en esta zona  en los próximos dieciséis años. Durante este período se pondrá en marcha un programa de investigación científica y monitoreo.

Las tareas específicas de este grupo incluyen diseñar el programa científico para recopilar nuevos datos sobre los diferentes componentes del ecosistema e identificar procesos y mecanismos para incorporar el conocimiento indígena y local en el proceso científico.

Los participantes avanzaron en la exploración e identificación de diferentes métodos y enfoques científicos más allá de las metodologías estándar para los estudios de pesca, como los trabajos en el mar utilizando ecosondas o redes de arrastre. Los científicos también intercambiaron ideas sobre cómo acceder mejor al área de investigación severa, que incluye expediciones oceanográficas para romper el hielo, así como el despliegue de boyas.

La UE ha asumido un papel de liderazgo en los compromisos científicos del nuevo acuerdo y es uno de los primeros firmantes en contribuir al programa científico con nuevas investigaciones. La financiación a través del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) permite que un consorcio de investigadores europeos recopile datos sobre ecosistemas en el Océano Ártico Central.

Contexto

Cuando la explotación de los recursos naturales es anterior a la investigación científica, son propensos a la sobreexplotación, especialmente las poblaciones de peces explotadas internacionalmente. Por esta razón se ha acordado un enfoque preventivo a través de la investigación científica para el Océano Ártico Central para salvaguardar ecosistemas marinos saludables y garantizar la conservación y la sostenibilidad.

En el acuerdo firmado en 2018 por la UE y otros nueve países para evitar la pesca no regulada en alta mar en el Océano Ártico Central se acordó, además de impedir la pesca no regulada, abstenerse de participar en la pesca comercial durante los próximos 16 años y poner en marcha un Programa Conjunto de Investigación y Monitoreo Científico.

El acuerdo todavía no ha entrado en vigor, pero las partes han decidido empezar a trabajar ya, especialmente en el Programa Conjunto de Investigación y Monitoreo Científico, poniendo en marcha el Grupo de Coordinación Científica Provisional, que tuvo su primera reunión en Italia.

La UE, Dinamarca, la Federación de Rusia, Canadá, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos han ratificado el acuerdo, que entrará en vigor cuando lo ratifiquen también los otros tres signatarios: China, Islandia y Noruega.
 

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