¿Cómo mantener los beneficios de peces de agua dulce y el mar?

AZTI

28 de marzo, 2019


Qué tienen en común el salmón, la lamprea o la anguila? Dos rasgos indiscutibles: que se trata de peces que migran entre el agua dulce y el agua salada para alimentarse o reproducirse y que generan importantes beneficios ecológicos, económicos y culturales en las comunidades en las que viven.

La actividad humana y el cambio climático suponen una amenaza para estos peces y sus hábitats. Por ello, con el fin de mejorar su estado de conservación y garantizar el impacto positivo que tienen en la economía y en la naturaleza, AZTI participa en el proyecto europeo DiadEs, una iniciativa que busca promover la cooperación transnacional y establecer criterios comunes de gestión para la conservación y explotación de estas especies.

“Los peces que se mueven entre aguas fluviales y marinas, ya sea para reproducirse o para alimentarse, se denominan diádromos. Entre ellos encontramos sábalos, lampreas, anguilas, salmones, truchas, esturiones y lisas. A lo largo de su ciclo de vida, los peces diádromos brindan servicios ecosistémicos, que es el concepto que utilizamos para referirnos a la cantidad de beneficios que los ecosistemas aportan al ser humano: suministro de alimentos, servicios de regulación y apoyo, como el ciclo de los nutrientes, y servicios culturales, como los beneficios recreativos, espirituales y otros beneficios no materiales”, aseguran los responsables del proyecto.

En concreto, DiadES tiene la misión de cuantificar y mejorar los servicios ecosistémicos proporcionados por los peces diádromos en el Área Atlántica, pero también estudiar en qué estado de conservación se encuentran estas especies y cuál es el impacto que el cambio climático va a tener en su distribución.

“Los peces diádromos ofrecen importantes beneficios a las comunidades locales, pero existen pocas estimaciones cuantitativas de este impacto. Sabemos que está disminuyendo su distribución a lo largo del Atlántico. Se han tomado medidas para revertir este escenario, pero la situación sigue siendo crítica. Además, las medidas se han adoptado comúnmente a escala local, en cada una de las cuencas fluviales de manera independiente a pesar que la distribución de las especies incluye varios países y hábitats. DiadES pretende contrarrestar las deficiencias de este enfoque a través de una perspectiva global”, añaden.

La iniciativa, liderada por la entidad francesa Irstea, cuenta con la participación de 30 socios de distintos países europeos, entre los que se encuentran AZTI, la Diputación Foral de Gipuzkoa, la Universidad de Santiago de Compostela, la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza, la Asociación Galega de Sociedades de Pesca y la Xunta de Galicia.

Con un presupuesto total de 2,2 millones de euros, la iniciativa está financiada por el Programa Interreg Atlántico del Fondo Europeo de Desarrollo Regional y se prolongará hasta 2022.

 

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