Según la EFSA, siete de cada diez jóvenes consumen estas bebidas.El estudio publicado en Frontiers in Public Health señala que las altas cantidades de cafeína de las bebidas energéticas reducen la somnolencia sin disminuir los efectos del alcohol, dando lugar a un estado de "embriaguez muy despierta" que permite al individuo seguir bebiendo. Es decir, que el sujeto padece los efectos del alcohol, como los trastornos en la coordinación motora o en el tiempo de reacción, pero su percepción subjetiva se reduce. Un informe de Estados Unidos concluye que el número de personas que han acudido a urgencias por ingesta masiva de estas bebidas, ha aumentado de 10.000 a 20.000 y siendo la mayoría jóvenes. La Asociación...

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Revista Alimentaria nº 461