Los aceites monovarietales de oliva virgen extra son los favoritos entre los consumidores españoles de aceite de oliva a juzgar por los crecimientos que presentan en nuestro país, donde estos aceites de oliva extraídos de una sola variedad de aceituna tienen cada vez más aceptación.

En España las variedades de aceituna más extendidas son picual, con una producción anual de entre 600.000 y 700.000 toneladas, que predomina en las provincias de Jaén, Córdoba y Granada; la cornicabra, entre 50.000 y 100.000 toneladas anuales, situada en las provincias castellanomanchegas de Ciudad Real y Toledo; la hojiblanca entre 100.000 y 150.000 toneladas al año y que se extiende por Málaga y Sevilla, y la arbequina entre 200.000 y 300.000 toneladas repartidas entre Lérida y Sevilla.

Estos aceites monovarietales los comercializan las principales marcas, entre las que hay que mencionar “Coosur” del Grupo Acesur, líder del mercado nacional con una cuota del mercado del 21% del total en 2017, según datos facilitados por la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), y la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva (Asoliva).

En cuanto a las características de estas aceitunas, la variedad picual que debe su nombre al pico que tiene en el extremo la aceituna, ofrece un aceite con mucho cuerpo, afrutado y con ligeros y agradables picor y amargor. Todo ello con un aroma que trae a la memoria el olor a hierba recién cortada o a una tomatera. Es el aceite ideal para carnes guisadas, ensaladas o para tomar crudo.

Por su parte, la cornicabra con una forma más cuadrada que recuerda el cuerno de una cabra, de ahí su denominación, tiene un aroma que sugiere a la manzana y los frutos secos, con un picor y amargor un poco más intensos que la anterior. Es el aceite ideal para fritos, ensaladas y vinagretas.

En cuanto a la variedad hojiblanca llamada así por el color blanquecino de las hojas de su olivo, da un aceite de intenso color dorado con aromas a frutas maduras y recuerdos a tomates, con un sabor dulce con ligero picor y amargor. Es el aceite que casa perfectamente con la pasta, cremas calientes, sopas, pasteles o para macerar pescados.

Por último, la arbequina, que se llama así por ser originaria de la localidad leridana de Arbeca, tiene un olor afrutado que recuerda a la manzana, la almendra y a otras frutas, con un bajo picor y amargor. Da un aceite muy adecuado para elaborar mayonesas, cremas, sopas frías o marinar pescado.

Todas estas características hacen de estos aceites de oliva virgen extra, aceites genuinos, que el ciudadano español cada vez más conocedor del aceite de oliva que consume valora extraordinariamente por el abanico de aplicaciones que tienen a la hora de elaborar los platos de la riquísima gastronomía nacional, por eso su gran aceptación entre los consumidores.

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