La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado hoy REPLACE, una guía paso a paso para la eliminación de los ácidos grasos trans producidos industrialmente del suministro mundial de alimentos.

La OMS estima que cada año el consumo de grasas trans conduce a más de 500.000 muertes por enfermedades cardiovasculares. Según este organismo, "las grasas trans producidas industrialmente están contenidas en las grasas vegetales endurecidas, como la margarina y el ghee, y a menudo están presentes en los snacks, los alimentos horneados y fritos. Los fabricantes a menudo los usan porque tienen una vida útil más larga que otras grasas, pero se pueden usar alternativas más saludables que no afecten al sabor o al coste de los alimentos".

No obstante, desde Unilever aseguran que en el caso de la margarina "actualmente se trata de un producto saludable". Fuentes de la compañía explican que "el mito que rodea a este alimento se basa en el proceso de elaboración que antiguamente incluía la hidrogenación parcial, y que propiciaba la aparición de grasas trans. Sin embargo, desde hace 20 años el proceso de elaboración de las margarinas en España no incluye hidrogenación parcial, y por lo tanto, se ha eliminado la presencia de este tipo de grasas en las margarinas presentes en el mercado, convirtiéndola en un producto beneficioso, además, para la salud cardiovascular".

Para corroborar esta afirmación, remiten a las páginas 28-29 del documento sobre grasas publicado por FESNAD, así como al documento que hace alusión a la ingesta de grasas trans en España. Igualmente, recuerdan que un estudio sobre la ingesta de grasas trans en España elaborado por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición analiza, entre otros muchos alimentos, el contenido en grasas trans de la margarina.

El Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha declarado: "La OMS hace un llamamiento a los gobiernos para que utilicen el paquete de acción REPLACE para eliminar los ácidos grasos trans producidos industrialmente del suministro de alimentos". Dicho paquete proporciona seis acciones estratégicas para garantizar la eliminación rápida, completa y sostenida de las grasas trans producidas industrialmente del suministro de alimentos:

• REvisar las fuentes alimentarias de las grasas trans producidas industrialmente y el panorama para el cambio de política requerido.
• Promover la sustitución de las grasas trans producidas industrialmente por grasas y aceites más saludables.
• Legislar o promulgar acciones regulatorias para eliminar las grasas trans producidas industrialmente.
• (Assess) Evaluar y controlar el contenido de grasas trans en el suministro de alimentos y los cambios en el consumo de grasas trans en la población.
• Crear conciencia del impacto negativo de las grasas trans en la salud entre los responsables de las políticas, los productores, los proveedores y el público.
• (Enforce) Hacer cumplir las políticas y regulaciones.

Varios países han eliminado prácticamente estas grasas trans mediante límites obligatorios a la cantidad que pueden contener los alimentos envasados. Algunos gobiernos han implementado prohibiciones a nivel nacional de aceites parcialmente hidrogenados, la principal fuente de grasas trans producidas industrialmente.

En el caso de Dinamarca, primer país en imponer restricciones a las grasas trans producidas industrialmente, el contenido de las mismas disminuyó drásticamente y las muertes por enfermedades cardiovasculares descendieron más rápidamente que en países comparables de la OCDE. Asimismo, la ciudad de Nueva York eliminó este tipo de grasas hace una década, siguiendo el ejemplo de Dinamarca. Michael R. Bloomberg, alcalde de la ciudad de Nueva York y fundador de Bloomberg Philanthropies, asegura que esta prohibición "ayudó a reducir el número de ataques cardiacos sin cambiar el sabor o el coste de los alimentos".

Como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, la comunidad mundial se ha comprometido a reducir en un tercio las muertes prematuras por enfermedades no transmisibles para 2030. La OMS considera que la eliminación mundial de las grasas trans producidas industrialmente puede ayudar a lograr este objetivo.

La OMS recomienda que la ingesta total de grasas trans se limite a menos del 1% de la ingesta total de energía, lo que se traduce en menos de 2,2 g / día con una dieta de 2.000 calorías. Las grasas trans aumentan los niveles de colesterol LDL, un biomarcador bien aceptado para el riesgo de enfermedad cardiovascular, y disminuye los niveles de colesterol HDL, que elimina el colesterol de las arterias y lo transporta al hígado, que lo secreta en la bilis. Las dietas ricas en grasas trans aumentan el riesgo de enfermedades del corazón en un 21% y las muertes en un 28%.

Del 4 de mayo al 1 de junio de 2018, la OMS está llevando a cabo una consulta pública en línea para revisar el borrador de directrices actualizadas sobre la ingesta de ácidos grasos saturados y ácidos grasos trans para adultos y niños.

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