Extracto del artículo publicado en Revista Alimentaria nº427 de octubre 2011
Autora: Rosa Mª Estévez Reboredo. Área de Gestión de Procedimientos. S.G. de Medicamentos de Uso Veterinario. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad

La preocupación creciente de la sociedad  por ver satisfecha su necesidad de seguridad y confianza en el sector proveedor de alimentos llevó a las autoridades europeas a plantear cambios en todo el sistema productivo tras las crisis alimentarias de los años noventa y a fomentar la evolución de todo el primer eslabón de la cadena alimentaria hacia explotaciones  sostenibles, rentables y fundamentalmente comprometidas en abastecer de una manera responsable a un mercado saturado de alimentos, pero marcado por una clara  preferencia de la población por los productos de mayor calidad.

El sector del huevo se ha esforzado de un modo notable los últimos años para poder alcanzar los objetivos legales de sostenibilidad, salud pública, seguridad alimentaria y bienestar animal en los plazos previstos por la normativa sin obviar en ningún momento su compromiso con la industria alimentaria y los consumidores.

De esta manera, en un sector tan lineal y carente de marcas, la trazabilidad, más que nunca, se convierte en la mejor herramienta de trabajo y en una pieza clave para garantizar  la puesta en el mercado de productos sanos, seguros y de indiscutible calidad, que cumplen a la perfección con las premisas exigidas por las normativas de higiene alimentaria  y se acogen al Modelo Europeo de Producción

NOTA: Imagen cortesía de INPROVO, Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos

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