Piden la defensa del producto nacional para contrarrestar la grave crisis que llega

Revista Alimentaria

8 de abril, 2020


Transcurridas tres semanas desde que se declarara el estado de alarma en España, como consecuencia del coronavirus, los sectores ganaderos ya están sufriendo los efectos del cierre del canal HORECA (hoteles, bares y restaurantes), de las compras más esporádicas por parte de los consumidores y hasta de la crisis económica aparejada al gran drama sanitario actual. Fundamentalmente, las producciones extensivas y de mayor valor añadido, tales como ovino, caprino, vacuno e ibérico, son las que lanzan la voz de alarma al atisbar una crisis que puede superar en gravedad a la de 2008.

En estos momentos, existe exceso de oferta y falta de demanda que en algunos casos, como el caprino y el ibérico, se traduce en paralización total, por ser productos muy enfocados a restauración y de alto valor añadido. El cierre de los canales de hostelería y la contención económica del momento actual han abocado a la parálisis, mantienen cebaderos y bodegas llenas, así como a los sectores sumidos en la incertidumbre.

“Desde el día 14 de marzo, las ventas han caído entre un 70% y un 80% y los precios más de un 30%”, afirma José Antonio Puntas, representante de ovino y caprino en Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía. Según el presidente sectorial, la irrupción del coronavirus “ha dado al traste con el repunte de consumo que se suele producir en marzo, coincidiendo con el día de San José, la Semana Santa y el incremento de las exportaciones a Italia por Pascua”.

A todo ello, “se suma que el pollo y el cerdo están desplazando a las carnes de mayor valor añadido como el cordero en los lineales de los puntos de venta”, y se están comercializando menos animales vivos, con algunos pedidos cancelados y otros a los que los compradores, con contratos ya firmados, tratan de bajar el precio. Caso aparte representa el caprino de carne, “cuya salida siempre va mal y ahora peor”, con un consumo muy focalizado en agosto, por el turismo, y en las fiestas de Navidad.

Entre un 20 y un 30% han descendido, por su parte, las ventas globales de vacuno de carne, perjudicando a las referencias más nobles como solomillos, chuletones y entrecots, mientras ha subido la comercialización de carne picada, hamburguesas y otros elaborados. Así lo explica José Ramón Montoya, representante del sector en la federación de cooperativas. “Los precios se están desplomando en las lonjas”, lamenta y pone ejemplos: entre 50 y 60 euros un ternero pastero de 200 kilos, 0,20 euros el kilo la canal de ternero cebado y hasta 0,50 euros el kilo de vaca desviejada.

Por otra parte, se han cerrado las exportaciones a Marruecos y a Argelia y se han ralentizado en Portugal e Italia, mientras Polonia e Irlanda, la principal competencia, “tratan de colocar sus productos en el mercado nacional en medio de estas turbulencias”, explica José Ramón Montoya, quien opina que el daño al sector será mayor o menor, dependiendo de cuánto se prolongue el estado de alarma y, con él, el cierre del canal HORECA.

 

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