^{Dr. Luis Alberto Calvo Sáez}

^{Presidente de la Organización Colegial Veterinaria (OCV)}

El pasado 18 de noviembre, con motivo de la celebración del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, la Organización Colegial Veterinaria (OCV) volvió a efectuar una llamada de atención sobre la gravedad de este fenómeno, no lo suficientemente conocido por la opinión pública, que en España provoca hasta cuatro veces más muertes que los accidentes de tráfico y es una de las principales amenazas de la salud pública a nivel mundial, tal como reconoce la OMS.

En este sentido, los veterinarios, como sanitarios que somos y habituados a trabajar sobre todo con un enfoque preventivo, consideramos indispensable que la sociedad adquiera conciencia sobre la necesidad de adoptar buenas prácticas para prevenir la aparición y propagación de resistencias a los antimicrobianos. Solo un uso racional y correcto, siempre bajo supervisión facultativa, puede contribuir a frenar esta alarmante tendencia que puede generar importantes complicaciones en el día a día de la actividad sanitaria cuando surjan infecciones bacterianas.

Hay que tener muy presente que la pérdida de efectividad de los antibióticos no solo supone que nuestra salud está menos protegida, sino que afecta a otros ámbitos, como determinados avances médicos y las intervenciones quirúrgicas efectuadas cada día en los hospitales. Por ello, no debemos ocultar nuestra inquietud ante una realidad que representa un desafío global que ha de afrontarse con urgencia y que apunta a convertirse en la primera causa de mortalidad del mundo en unas décadas si no trabajamos de manera conjunta y bajo un enfoque One Health-Una Salud por revertir la situación.

No obstante, también hay motivos para ser positivos. Las apelaciones a la responsabilidad y la prudencia van dando su fruto. La prevención es el método más eficaz en la reducción del uso de los antibióticos, la mejor alternativa posible. Sin duda. Y los veterinarios somos la profesión sanitaria con mayor conocimiento en este tipo de programas. De hecho, los datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) referidos al periodo 2014-2019 y a su empleo en animales reflejan un descenso del 58,8 por ciento. Unas cifras logradas gracias al trabajo conjunto de ganaderos y veterinarios, muy sensibilizados al respecto y comprometidos con la sanidad y el bienestar de nuestra cabaña pecuaria.

Esta labor abnegada y callada, pero eficiente en las granjas y en la atención de animales de compañía se completa, además, con otras actuaciones encaminadas a mejorar la investigación y reforzar la bioseguridad en explotaciones ganaderas, de manera que solo se recurra al uso de antibióticos en animales en casos estrictamente precisos, dentro de la máxima “tan poco como sea posible, tanto como sea necesario”. En definitiva, una práctica meticulosa que también beneficia a las personas y el medio ambiente.

Por último, quiero destacar que España posee hoy uno de los mejores sistemas de seguridad alimentaria del mundo, caracterizado por un exhaustivo control en cada una de las fases de producción, desde el origen hasta la venta, pasando por la manipulación y la distribución, y sustentado en el trabajo de más de 10.000 veterinarios dedicados a estas funciones. Tenemos la obligación y responsabilidad de certificar que cada alimento que llega al consumidor es seguro. Somos, por tanto, un colectivo clave para garantizar la salud pública.