^{David Trebolle}

^{Secretario General de Protermosolar}

2023 se presenta como un año clave para muchos sectores y, en concreto, para el sector termosolar, que se enfrenta a varios retos como el anuncio de las nuevas subastas o la revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC); pero también tiene ante sí oportunidades como la aplicación del autoconsumo termosolar para la descarbonización y ahorro de costes energéticos del calor de proceso del sector industrial.

Actualmente, la industria mundial demanda más del 70 % de la energía en forma de calor (85 ExaJulios) y el 90 % de dicha demanda procede de combustibles fósiles, carbón o gas natural principalmente. El calor de los procesos industriales son los responsables de que su sector sea el primer emisor de gases de efecto invernadero en el mundo, con un 32 % de las emisiones, y el segundo en España, con un 21 %.

El autoconsumo termosolar se presenta como una energía renovable que no emite CO₂ y que realmente puede reducir la dependencia del gas natural en nuestro país y, en concreto, de los procesos industriales que requieren el consumo de combustibles fósiles para la generación de calor a media y alta temperatura, a partir de 100 grados. Gracias a su combinación con almacenamiento térmico, es una tecnología gestionable que puede proporcionar calor solar nocturno, y que presenta una gran independencia tecnológica al ser capaz de producir y suministrar prácticamente el 100 % de sus componentes en Europa, en cuya composición no se hallan metales críticos.

Es una tecnología muy competitiva, que actualmente puede llegar a ofrecer calor de proceso entre 20 y 50 euros/MWh, que son referencias inferiores a los precios actuales del mercado del gas (por encima de 45 euros/MWh).

Un ejemplo claro en la aplicación del autoconsumo termosolar para suministrar calor renovable de procesos es el de la industria de alimentación y bebidas. Muy a destacar el proyecto que comenzó en 2022 en una importante cervecera de Sevilla, con una potencia instalada de 30 MW térmicos, siendo capaz de producir el 60 % de la demanda de calor de la fábrica (vapor sobrecalentado a 160 grados), incluso por la noche, al disponer también de una capacidad en almacenamiento térmico que permite suministrar el 50 % de sus necesidades térmicas. Dicho proyecto verá la luz en julio de 2023.

Sin duda, esta debe ser la senda que debemos seguir para aplicar la tecnología termosolar en el sector industrial, ya que tal y como apuntan desde la Agencia Internacional de la Energía, la descarbonización del sector industrial presenta uno de los mayores retos a los que se enfrentan las industrias que requieren el calor para sus procesos industriales como el textil, la farmacéutica, la destilación o la pasteurización, entre otras.

Por último, desde la Asociación Española para la Promoción de la Industria Termosolar (Protermosolar) destacamos que en la Unión Europea existe un mercado de calor de proceso industrial entre 100 y 400 grados muy importante y la termosolar se presenta como una solución competitiva, rentable y con gran potencial para desplazar los combustibles fósiles o el gas natural. Debemos apostar por el autoconsumo termosolar para descarbonizar los procesos industriales, lo que nos permitirá definir la senda hacia la neutralidad climática de la industria, aumentar la seguridad energética europea y eliminar nuestra dependencia en los mercados energéticos.