Nuevo proyecto para comprometer a los más jóvenes con el medioambiente

La creación de huertos escolares es una excelente manera de transmitir valores a los más pequeños

  • |  Brains
  • |  04-06-2021

Espárragos de Perú, aguacates mexicanos o naranjas argentinas. A menudo, la despensa de los españoles se llena con alimentos procedentes de los lugares más variados del planeta, acumulando miles de kilómetros a sus espaldas antes de llegar a nuestras mesas. Pero cada uno de esos kilómetros se traduce también en toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera por los buques de carga y los camiones empleados para el transporte de alimentos.

Puesto que mañana, 5 de junio, es el Día Mundial del Medio Ambiente, Brains nos recuerda que los sectores agrícola y del transporte marítimo y aéreo emitieron de forma conjunta 738 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, según datos publicados por la Unión Europea en 2018. Esta acción se traduce en un 19,63% del total de las emisiones del bloque comunitario, siendo solo superado por la industria, el transporte privado y el suministro de energía.

Un concepto importante y que debemos grabar en nuestra cabeza es el de huella ecológica, indicador de sostenibilidad que tiene por objetivo medir el impacto que nuestro modo de vida tiene sobre el entorno. El mercado agroalimentario global nos permite contar con prácticamente cualquier producto en cualquier época del año sobre nuestra mesa, pero su coste en términos de huella ecológica puede ser excesivamente elevado.

Una alternativa a este modelo de consumo globalizado y poco sostenible es el consumo de proximidad. Además, los llamados huertos urbanos, espacios destinados al cultivo de frutas, verduras y hortalizas en las ciudades y, a menudo, gestionados de forma comunitaria, son una forma de enseñar a los más pequeños el valor de la agricultura.

En este sentido, Begoña Utrera, responsable del proyecto ‘Brains en Verde’, nos explica: “La creación del huerto escolar es una de las iniciativas de las que más orgullosos nos sentimos. Por sencilla que parezca, es una excelente manera de transmitir valores a los más pequeños relacionados con un estilo de vida sostenible, un modelo de desarrollo económico sostenible y el respeto por el medioambiente”.

 

 

Ventajas de educar en un consumo responsable y de proximidad

Es muy importante inculcar a los más jóvenes la importancia de esto. Una de las claves para lograr este objetivo es apostar por el consumo de proximidad o de kilómetro cero. ¿De qué trata esta forma de consumo? Pues de adquirir productos que se hayan producido en nuestro entorno más próximo (aproximadamente un radio de 100 kms), para reducir en la medida de lo posible el impacto medioambiental. Además, la apuesta por el consumo local les permite conocer su entorno más inmediato.

Otras ventajas importantes son la forma de educar sobre el consumo de temporada, donde priman los productos frescos y ecológicos, y que nos pueden ayudar a fomentar una dieta más sana y equilibrada.

Por supuesto, el consumo de proximidad es una forma de introducir a los jóvenes en el consumo responsable de otros recursos como la energía y el agua, despertando en ellos una conciencia crítica con respecto al medioambiente. Por lo que si apostamos por el consumo local ayudamos a revitalizar las zonas rurales de nuestro entorno y las explotaciones ganaderas familiares, a la vez que evitamos desplazamientos de grandes distancias que suponen un mayor consumo de energía.

 

Reciclar está de moda

De esta manera, también podemos transmitir a los más pequeños el concepto de economía circular, más orientado a la sostenibilidad y al reciclaje y reutilización de productos. Un modelo que poco a poco se está convirtiendo en el sistema de consumo global. 

Para intentar conseguir todo esto, el proyecto ‘Brains en Verde’ tiene como objetivo inculcar a los alumnos hábitos y actitudes ambientalmente más respetuosos, para que sean conscientes de que pequeños cambios en su día a día pueden ayudar a cambiar el mundo y mejorarlo.

Y tú, ¿te unes a la lucha?



Puedes seguirnos