Tras meses de recopilación de datos en el campo y análisis de los mismos, las conclusiones del proyecto CERES arrojan una precisión superior al 80 % en la predicción de enfermedades de trigo y cebada.
La aplicación predice enfermedades en el cereal con 12 días de antelación, lo que facilita el tratamiento de manera más concreta y eficaz en aquellas parcelas que lo precisen, ahorrando tiempo, costes y aumentando la rentabilidad de las explotaciones.
Durante la presentación de resultados realizada en verano, Eduardo Pérez, presidente de Servicios Agrarios Riojanos (SAR) y ARAG-ASAJA, destacó la importancia de herramientas como CERES para los cerealistas, un sector que atraviesa serias dificultades desde hace varias campañas.
“Comenzamos el proyecto CERES el pasado otoño con el objetivo de contribuir a la mejora de la rentabilidad de los cerealistas porque, si bien esta campaña se caracteriza por altos rendimientos y calidad, no es así en cuanto a rentabilidad, debido a factores externos como producciones venidas de terceros países, competencia desleal y la nefasta propuesta de reforma de la PAC”, señaló Pérez.
En el desarrollo del proyecto ha sido clave el trabajo de los técnicos de SAR y de la Consejería de Agricultura y Ganadería del Gobierno de La Rioja, excelentes conocedores del cultivo, a la hora de recopilar información en más de 300 hectáreas de la zona de La Rioja Alta.
El proyecto CERES ha dado continuidad a la colaboración entre el sector agrario y AERTIC, iniciada en 2022 y desde la que se han llevado a cabo hasta cinco proyectos en total, lo que representa un claro ejemplo del éxito de esta alianza.
Por su parte, Laura Urbieta, secretaria general de AERTIC, afirmó que “uno de los principales logros de CERES es que no se ha planteado como una solución aislada, sino como el primer paso hacia una herramienta replicable en otros cultivos y territorios”.
De hecho, tal y como señaló, la digitalización debe ser una herramienta al servicio del día a día del sector agropecuario con el fin de hacer de él una actividad más atractiva, generando empleo y contribuyendo a la fijación de población en el entorno rural.
INFORMACIÓN DE CAMPO EN LA NUBE
En cuanto a Carlos Tarragona, director de Spectral Geo, explicó que la aplicación CERES permite visionar con cuatro clics el nivel de incidencia que tiene cada una de las enfermedades en las parcelas monitorizadas y compartir esa información en la nube para ir conformando el modelo predictivo.
“Hemos medido parcelas dedicadas al cultivo del cebada y trigo y los resultados de precisión de la incidencia de enfermedades han sido muy altos” —afirmó Tarragona—. “Por ejemplo, para enfermedades de cebada como helmintosporiosis la precisión es del 82 %; para rincosporiosis se ha alcanzado hasta el 100 %”. En el caso del trigo, la precisión de la predicción ha superado el 88 % en enfermedades como el ovidio, septoria y roya. Para llegar aquí, además de los datos recopilados por los técnicos de SAR, hemos descargado imágenes satelitales, climatológicas y topográficas; y las hemos enfrentado con la realidad de los datos de campo desde la siembra hasta la cosecha”.
Y es que CERES no es una aplicación únicamente diagnóstica, sino que permite crear un modelo de hasta 12 días de antelación; son casi dos semanas claves a la hora de realizar tratamientos en aquellas parcelas que sean prioritarias por su grado de incidencia de enfermedad.
El proyecto, finalizado este octubre, también analiza la productividad de las parcelas con el grado de incidencia de la enfermedad.
CERES es un proyecto piloto que se enmarca en la convocatoria anual de la Consejería de Política Local, Infraestructuras y Lucha contra la Despoblación del Gobierno de La Rioja, desarrollado por SAR y Spectral Geo, con la coordinación de AERTIC y la colaboración de los ayuntamientos de Tricio y Casalarreina y Selectis.