Enrique Guillén

Director de Personas, Servicios y Calidad Total

La función de dirección de Calidad ha llevado la misma evolución, como no podía ser de otra manera, que el propio concepto de Calidad. Comenzó en la ya lejana revolución industrial, donde se generó la necesidad de que una cadena de producción sacara un producto razonablemente homogéneo al mercado. Allí nació la “conformidad al requisito especificado” y el concepto clásico Control de Calidad, que se limitaba a verificar la adecuación del producto al estándar definido. El camino desde ahí hasta los conceptos actuales de Calidad Total y a la Experiencia de Cliente ha pasado por diversas etapas intermedias: el control de los procesos, el aseguramiento de la inocuidad de los alimentos, los modelos TQM, el europeo EFQM, el aseguramiento vía modelos certificables con uno u otro propósito, etc.

En la evolución de nuestra empresa cada una de estas fases ha ido dejando su impronta en la función de Calidad, y es importante conocer esta evolución histórica porque, en la actualidad, siguen conviviendo en la dirección de Calidad desde la función original, meramente verificadora, de ése ya obsoleto “Control de Calidad”, hasta las nuevas necesidades dictadas desde un mercado, muy maduro y exigente, que está muy lejos de conformarse con un producto homogéneo, que simplemente cumpla con la promesa de marca dada por la empresa y percibida por el consumidor...

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Publicado en el Especial Directores de Calidad de Revista Alimentaria 494

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