Fin a los plásticos de un solo uso: primer paso para reducir la basura marina

Irene Quintela/Bruselas

3 de julio, 2018


La UE ha presentado nuevas normas para reducir los desechos que se encuentran en el mar. Los plásticos de un solo uso y las artes de pesca son algunos de los productos que se verán más afectados por estas medidas.

Nada menos que el 70% de todos los residuos marinos de Europa proceden de plásticos de usar y tirar y de artes de pesca. La Comisión Europea propone ahora prohibir su comercialización y encontrar otras alternativas. En el caso de objetos para los que no haya alternativas de fácil acceso, se procurará limitar su uso de diferentes formas: imponiendo un objetivo de reducción del consumo a nivel nacional; aplicando requisitos de diseño y etiquetado, e imponiendo obligaciones de gestión y limpieza de residuos a productores.

El ejecutivo europeo se puso en marcha hace ya tres años para afrontar el problema de las bolsas de plástico. Según Eurobarómetro, el 72% de los europeos afirma haber reducido el uso de este tipo de bolsas desde entonces. El foco ahora se pone en los diez productos de plástico de un solo uso que con más frecuencia se hallan en el mar y también en las artes de pesca. Juntos suponen el 70% de los residuos marinos en Europa.

Las nuevas normas incluyen la prohibición del plástico en determinados productos, como los bastoncillos de algodón, cubiertos y platos, pajitas o agitadores de bebidas, que deberán ser fabricados con materiales sostenibles. También se pretende reducir el consumo de recipientes alimentarios y de los vasos de plástico; para ello se podrán ofrecer productos alternativos en el punto de venta. Los productores tendrán la obligación de contribuir a cubrir los costes de la gestión y la limpieza de residuos, pero también de las medidas de sensibilización.

Los Estados miembros estarán obligados a recoger el 90% de las botellas de bebidas de plástico de un solo uso de aquí a 2025, por ejemplo, a través de sistemas de consigna. Algunos productos deberán llevar una etiqueta clara y normalizada que informe sobre cómo se eliminan los residuos, su impacto ambiental negativo y la presencia de plásticos en ellos. Los países comunitarios estarán también obligados a aumentar la sensibilización de los consumidores sobre los efectos negativos de tirar plásticos de un solo uso y artes de pesca, o sobre la disponibilidad de sistemas de reutilización y las posibles opciones de gestión de residuos para todos esos productos.

En el caso de las artes de pesca, que representan el 27% de la basura marina, la Comisión ha propuesto que los productores de artes de plástico sufraguen los costes de la recogida de residuos, los de su transporte y tratamiento. También tendrán que asumir los gastos de las medidas de sensibilización.

Las empresas obtendrán una ventaja competitiva con esta nueva normativa, que puede servir de impulso para desarrollar economías de escala y ser más competitivas en un mercado mundial de productos sostenibles. Gracias al establecimiento de sistemas de reutilización, las empresas se aseguran un suministro estable de material de calidad. En otros casos, el incentivo para buscar soluciones más sostenibles puede darles liderazgo tecnológico frente a sus competidores de todo el mundo.

 

Próximas etapas

Estas propuestas de la Comisión han sido transmitidas al Parlamento Europeo y al Consejo para su adopción. Desde el ejecutivo pretenden que se dé a los ciudadanos resultados tangibles antes de las elecciones de mayo del próximo año.

La iniciativa para reducir los desechos en mares y océanos responde al compromiso adoptado por la Unión Europea en la Estrategia europea sobre el plástico, con el que quieren hacer frente a los residuos de plásticos por medio de una legislación que ha sido bien acogida por todas las partes. Las medidas propuestas contribuirán a la transición de Europa hacia una economía circular y al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Esta Directiva propuesta se basa en las normas existentes y sirve de complemento a otras medidas adoptadas contra la contaminación marina. Sus beneficios serán tanto medioambientales como económicos; así, por ejemplo, evitarán que se emitan 3,4 millones de toneladas de CO2, evitarán que se produzcan daños ambientales que costarían unos 22.000 millones de euros de aquí a 2030, y permitirán a los consumidores ahorrar unos 6.500 millones de euros.

 

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