La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS) destaca el impacto que tiene el turismo en la distribución de gran consumo, un dato que se refleja en las zonas más turísticas, principalmente en las Comunidades de Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña, Murcia y la Comunidad Valenciana, donde las ventas llegan a triplicarse en los meses de temporada alta.

El impacto económico de esta actividad se refleja en varios sectores de producción alimentaria local o nacional, básicamente, bodega, panadería y fruta. Las venta de vinos en las zonas de costa duplica a la que se produce en los supermercados del interior y arrastra a otras categorías como son la carne y la charcutería, los quesos y los snacks de impulso.

La panadería, sobre todo recién hecha, es otra de las secciones clave. Las ventas se concentran entre las 9.00 y las 11.00 horas, lo que requiere de una operativa muy precisa. Por último, el consumo de fruta de temporada en las zonas costeras también se dispara hasta más del doble de lo habitual, con el factor calidad/precio como el más apreciado por los visitantes internacionales.

Cabe señalar, que para abastecer al viajero internacional de productos originarios de Gran Bretaña, Alemania, Rusia y Holanda, países de los que proceden gran parte del turismo internacional que nos visita durante el verano, los supermercados realizan un gran esfuerzo logístico que se traduce en un incremento del surtido disponible en las tiendas de hasta un 30%.

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