Las únicas papayas que sirven para su cultivo son las hermafroditas. Ahora, han logrado optimizar la determinación del sexo de esta planta gracias a técnicas moleculares, en fase de vivero, para poder quedarse sólo con ellas. Además, han combinado dichas técnicas con las de injerto herbáceo, que permite elegir el tipo de planta apropiada a la zona de plantación. Este logro, novedoso a nivel mundial, ha sido obtenido por el grupo de investigación del ceiA3 AGR-200 “Producción Vegetal en Sistemas de Cultivo Mediterráneos” de la Universidad de Almería, en colaboración con la empresa Vitalplant.

Esta técnica permite que la identificación del sexo de la papaya se realice antes de que se produzca el trasplante definitivo a la zona de cultivo, lo cual produce ahorros de fertilizantes y agua. Se soluciona así uno de los mayores inconvenientes del cultivo de la papaya. Antes había que...

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Revista Alimentaria nº 474