Durante el verano los consumidores abandonan las zonas de interior para desplazarse a las zonas costeras, y disfrutar así de sus merecidas vacaciones. Esto provoca que ciudades como Madrid se queden vacías y la falta de población cause descensos en los volúmenes de venta.

En el caso de las pescaderías tradicionales, aquellas que se encuentran ubicadas en zonas costeras, aumentan sus ventas, mientras que las de interior descienden las suyas. Desde la Asociación de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados de Alicante informan que han notado una caída de alrededor del 40% en las zonas de interior, pero a la vez han aumentado las ventas en los establecimientos costeros en un 90%.

Por su parte, el Gremi de Peixaters declara que en Catalunya el mes de agosto ha sido mejor que el mismo mes del año anterior, con un aumento del 5% en las ventas. Asimismo, desde Levante añaden que las ventas de pescado y marisco en la pescadería tradicional han crecido en un 5,5%, motivado por el aumento de población en la Comunidad Valenciana en los meses de verano. 

Las zonas de interior, como Valladolid, han notado un descenso en las ventas más acusado que el que se produce normalmente en el periodo estival. En Madrid el presidente de ADEPESCA (Asociación de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados de la Comunidad de Madrid) afirma que "ha sido el peor verano de los últimos años, se nota que los madrileños se han ido más de vacaciones", en relación a la venta de pescado en la capital durante el verano.

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